Interés por los regalos
Los grandes carteles anunciando televisores último modelo, equipos de música o el cine en casa no son exclusivos de los comercios dedicados a la venta de electrodomésticos. A nadie extraña ya entrar en una sucursal bancaria y encontrar una olla a presión o una batería de cocina adornando el mostrador donde el cliente tiene por hábito ordenar sus transferencias o pagar sus recibos. Y es que atraer la atención del inversor se torna ardua tarea cuando el margen que dejan los tipos de interés (en el 2%) es escaso y los mercados no dan tregua a los descensos.
En estos casos, lo de más vale pájaro en mano se convierte en máxima, y qué mejor forma de lograrlo que con los depósitos de remuneraciones en especie.
Variedad de productos para elegir
Estas ofertas crecen cuando otras opciones de lograr ganancias escasean
Basta echar un vistazo a las sucursales de bancos y cajas para darse cuenta de que casi cada entidad dispone de una amplia variedad de productos. En función del producto que el cliente quiera conseguir, la exigencia de mantener inmovilizada una cantidad durante un periodo establecido será mayor o menor.
Cuberterías, vajillas, edredones o equipos de música son sólo algunas de las opciones que ofrecen bancos y cajas. Muchas disponen de una oferta de más de 10 productos como Caja España, que ofrece desde un collar de ámbar por depositar 900 euros a 25 meses hasta los 11.500 euros a 36 meses que se exigen para lograr un televisor de 25 pulgadas. No es la única, Banco Sabadell dispone de un abanico en el que todo o casi todo tiene cabida, desde una vajilla por 12.200 euros a tres meses, hasta un microondas por 2.475 euros a 25 meses.
La caja de los vientos la ha destapado esta vez BBVA. La entidad que pusiera de moda las remuneraciones en especie ha lanzado una campaña que hasta el 28 de mayo ofrece un juego de 18 copas de cristal de Bohemia. Para conseguirlo basta con depositar 3.000 euros en el Libretón -su producto estrella y con el que inició estas promociones en 1990- y mantenerlos cuatro meses o realizar aportaciones a un plan de pensiones por 1.500 euros, suscribir un seguro de vida 15 o un seguro de hogar con un importe por recibo superior a los 100 euros.
Sea cual sea el regalo, el éxito de estas ofertas parece claro. En la mente de todos está el jamón que el Banco Santander ofreció como remuneración del Depósito SuperNavidad hace dos años y que supuso una vuelta de tuerca más en las posibilidades de estas imposiciones.
Pero el gancho del regalo no sólo se utiliza para remunerar los depósitos. Algunas entidades, ante la gran aceptación de estas campañas, utilizan como reclamo los regalos para inducir a sus clientes a la contratación de planes de pensiones, fondos de inversión o seguros.
En cualquier caso, antes de contratar estos productos conviene considerar cuestiones como la fiscalidad que se aplica a estas retribuciones o cómo se repercute la retención correspondiente. Y, ya puestos a estudiar, calcule si merece o no la pena mantener inmovilizado el importe exigido para suscribirlo a cambio de un producto que quizás en el mercado se pueda encontrar a un precio similar. A su favor juega el que lograr rentabilidades atractivas por el ahorro se vuelve harto difícil.
Cuando se premia la fidelidad
BonificacionesContratar un depósito a plazo no es la única condición que permite lograr una televisión, un albornoz o una trolley. Habitualmente las entidades premian a sus clientes con regalos cuando éstos aumentan las aportaciones a un plan de pensiones, contratan un plan de ahorros o traspasan su fondo de inversión desde otra entidad.Sirva como ejemplo La Caixa, que regala dos manteles individuales a los clientes que realicen una aportación mensual de 50 euros a cualquier plan de pensiones o de previsión. Si la aportación mensual es de 100 euros el obsequio es una mantelería de seis servicios.El Popular ofrece la posibilidad de lograr un regalo consistente en un ordenador portátil para niños o un asistente digital personal por la contratación de un Plan de Ahorro Juvenil. Unicaja y Uno-e, por ejemplo, siguen la política de premiar los traspasos a sus fondos. Uno-e regala una bolsa de viaje por aportaciones de 300 euros euros en los fondos American Express. Los clientes de Patagon que contraten la Cuenta Junior entran en el sorteo de una Game Boy.
Los presentes también tributan
Recibir un remuneración en especie en vez de los intereses que corresponderían a un depósito habitual no significa que el cliente esté libre de rendir cuentas a Hacienda. La retribución de los intereses de los depósitos en especie está debidamente regulada y sujeta a impuestos. De hecho, estas remuneraciones tienen el mismo tratamiento fiscal que si se tratase de intereses financieros, ya que son sustitutivos de éstos. Tanto las remuneraciones en especie como las bonificaciones se consideran rendimientos de capital mobiliario y por lo tanto sufren retención del 15% sobre el valor monetario de mercado equivalente fijado por la entidad. A la hora de aplicarlo, las entidades suelen ingresar por cuenta del cliente la retención a cuenta del IRPF correspondiente al valor de mercado del regalo y el cliente debe informarse al respecto. Para calcular el valor de mercado la entidad debe sumar al precio de coste un 20%, según sostienen en Abante. Y el coste de mercado en euros del regalo es el que sirve para calcular la TAE que ofrece la entidad.A la hora de hacer la declaración de la renta, el contribuyente deberá tomar el valor de mercado del regalo e integrarlo en la parte general de la base imponible, 'siendo la entidad la que comunica el valor de la remuneración y su consideración como rendimiento a cuenta', sostienen en Abante. Por otro lado, y según estos expertos, 'los rendimientos del capital mobiliario generados por un depósito, además de estar sujetos a retención, tributan al tipo marginal del Impuesto sobre la Renta, por lo que para determinados tipos impositivos la rentabilidad financiero-fiscal de estos productos se ve muy reducida, incluso a pesar de las reducciones una vez transcurridos dos años'.