Caldera marca el paso
El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales anunció ayer la subida de un 6,6% en el salario mínimo interprofesional (SMI), su desvinculación de las prestaciones públicas a las que iba ligado, salvo las correspondientes a la prestación por desempleo, y su sustitución para el resto de ayudas por un nuevo indicador, el índice público de rentas con efectos múltiples (Iprem), revisable anualmente. Con ser socialmente importantes y prácticos, estos pasos deben ser sólo el principio. De hecho, el ministro anunció ante el Parlamento -y ese es el foro adecuado- una treintena de medidas. Es importante acabar con las 'disfuncionalidades' del mercado laboral -excesiva temporalidad, baja formación y debilidad de la gestión del mercado de trabajo-, pero no lo es menos afrontar de una vez la reforma de la negociación colectiva. Resulta esperanzador que el ministro aspire a reglas 'eficientes' en este ámbito para 'los próximos 15 o 20 años'.