En busca de la rentabilidad
En tiempos como los actuales, en los que reina la confusión, dar una respuesta concreta a la pregunta recurrente de los ahorradores sobre dónde conviene más colocar el dinero se hace más difícil que nunca. La enorme volatilidad de la Bolsa, que vive a golpe de bandazos por la subida del precio del petróleo y el previsible cambio de escenario de tipos, está renovando la aversión al riesgo. Quienes huyen de la Bolsa, pero aspiran a obtener mayores rentabilidades de las que ofrecen los depósitos tradicionales, vuelven su mirada desconfiada hacia los productos de renta fija en busca de oportunidades. Han de tener claro que un año tan dulce como el vivido en 2003 es difícilmente repetible.
De hecho, el nuevo escenario de tipos ha provocado que suban las rentabilidades de las nuevas emisiones a largo plazo, con lo que pierden atractivo las ya existentes y baja el precio de los bonos. Por eso, y a menos que el inversor esté dispuesto a mantener los activos hasta su vencimiento, deben ser conscientes de que, también con la renta fija, pueden perder dinero.
Sin embargo, la amplia variedad de productos financieros en los mercados, con características de rentabilidad y riesgo diferenciadas, hace difícil pensar que no se pueda encontrar un alternativa de inversión adecuada a cada perfil financiero. No todo el mundo está igual de predispuesto a aceptar y gestionar los riesgos de sus inversiones. Conviene repasar la oferta de productos de renta fija privada, algunos todavía poco conocidos por los inversores y que, en cambio, podrían encajar bien con sus intereses.
Lo importante es informarse muy bien de las características de cada uno y que los mercados ganen en transparencia para evitar opacidades en la comercialización. El ahorrador final tiene que saber lo que compra. Puede ser el momento de aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado para que se encuentren emisores necesitados de financiación y ahorradores que buscan rentabilidad, con riesgo controlado.