La liberalización eléctrica no luce

La Comisión Nacional de la Energía (CNE), que ha venido dando puntual cuenta de la evolución del mercado minorista de la electricidad, acaba de elaborar el informe correspondiente a 2003. Se trata de un balance fundamental para analizar la situación de un mercado que se liberalizó del todo el año pasado, con la entrada de los pequeños consumidores de baja tensión. Las cifras de consumidores que han optado por el mercado libre pueden resultar desalentadoras (148.099, frente a 23 millones), pero no es lo más grave de la situación si, tal como señala la CNE, 'un mercado nuevo requiere un tiempo de adaptación'. La gravedad está en las razones que impiden el avance: los obstáculos que imponen las distribuidoras para evitar que una comercializadora de otro grupo eléctrico diferente al que ella pertenece le arrebate un cliente. La CNE tiene pruebas suficientes y va a publicar un informe sobre estas barreras.

Un dato, que muestra la poca competencia en un mercado que se llama liberalizado, es que tan sólo un 16% de los pocos consumidores cambia de compañía, aunque varíe de tarifa. Pese a que todas las empresas se quejan de los estrechos márgenes de la comercialización, las grandes no quieren perder sus dominios. Así, la lucha feroz de Endesa, pero más aún de Iberdrola, por conseguir clientes libres les ha puesto en los últimos meses en el punto de mira del regulador. æpermil;ste ha dictaminado contra prácticas de dudosa legalidad de las dos eléctricas, como la venta de energía o las ofertas conjuntas de gas y luz (en este caso también fue investigada Gas Natural) tras las que subyacía la pugna por el nuevo mercado que, si no beneficios, da prestigio. Mientras tanto, las comercializadoras independientes malviven con una cuota del 6% frente a las de las grandes eléctricas, protegidas por sus propias distribuidoras, tal como ha señalado alguna vez la CNE.