Acabar con el cajón de sastre
La Ley de Acompañamiento de los Presupuestos Generales del Estado se ha convertido en los últimos años en un auténtico cajón de sastre en el que se cuelan, por la vía rápida y sin debate parlamentario, todo tipo de leyes fundamentales que merecerían un análisis profundo en las Cámaras. Durante los años en que gobernó el Partido Popular, el PSOE ha presentado varios recursos de anticonstitucionalidad sobre sucesivas Leyes de Acompañamiento aduciendo que esta ley debe utilizarse exclusivamente para regular materias relacionadas con los Presupuestos. Una vez en el poder, los socialistas parecen decididos a poner fin a esta práctica.
El compromiso fue asumido ayer por Manuel Marín, quien asegura que las Mesas del Congreso y Senado rechazarán aquellas iniciativas incorporadas a la Ley de Acompañamiento que no estén relacionadas con el Presupuesto. Habrá que esperar a la próxima tramitación para ver si este bloqueo por parte de las Mesas se hace efectivo. Pero en cualquier caso se trata de un gesto que va por el buen camino.
Las últimas Leyes de Acompañamiento han servido para modificar decenas de normativas que poco o nada tenían que ver con los Presupuestos. Desde las limitaciones al aumento anual en las tarifas eléctricas hasta la introducción de la receta sanitaria electrónica, pasando por la modificación del Plan Hidrológico Nacional. Una dinámica a la que se han prestado todos los grupos parlamentarios en algún que otro momento, dependiendo de que la enmienda incorporada a la Ley de Acompañamiento coincidiese o no con sus intereses partidistas, pero que debería desterrarse definitivamente en aras de la salud democrática.