El reto de un millón de ancianos dependientes
Atender a un millón de ancianos dependientes, es decir, los que no pueden vivir solos, se ha convertido en uno de los grandes retos de la sociedad española. Un problema agravado por la escasez de plazas en las residencias públicas.
Para los expertos, el hogar es el escenario más apropiado para los mayores. Así coinciden José María Alonso, director general del Mayor de la Comunidad de Madrid y la Asociación Española de Geriatría y Gerontología. La residencia sería el último recurso. 'No es conveniente sacarlos de su entorno cotidiano', señala Alonso.
En España el índice de cobertura de residencias es de 3,42 plazas por cada 100 personas mayores de 65 años. Esta cifra está muy alejada de las recomendaciones de la UE, que el jefe del servicio de Geriatría del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, José Manuel Ribera, sitúa entre seis y ocho camas.
La realidad es que en España existen 7,2 millones de ancianos, de los cuales un millón son dependientes, según el Imserso. Y sólo cuentan con 249.016 plazas entre las residencias públicas, concertadas y privadas. Las privadas son las únicas que cuentan con vacantes, que la Confederación Española de Organizaciones de Mayores calcula en 50.000, debido a sus precios, que oscilan entre los 1.140 y 2.100 euros al mes.
Cuando el hogar sea la elección conviene conocer algunos servicios que, promovidos por las comunidades autónomas con participación de los ayuntamientos, pueden ayudar a conciliar sus cuidados con la vida profesional y personal. Los centros de día son muy recurridos, ya que en ellos se ocupan del anciano durante todo el día y allí realizan gimnasia, rehabilitación y otras actividades. El usuario sólo paga la comida.
Para los que no tienen una alta dependencia está pensada la teleasistencia a domicilio, que dota al anciano de un collar o pulsera conectado con una central de alarmas para que, en caso de accidente, sean socorridos por los servicios de emergencia. También a ellos se dirige el servicio de ayuda doméstica ofrecido por los ayuntamientos, y que se encarga de las tareas del hogar.
Los programas respiro para las familias alivian algunas temporadas. El de verano permite llevar al anciano un mes a una residencia pública o concertada, al igual que el turno de fin de semana. Asimismo, existen estancias de hasta tres meses para el familiar en caso de que tenga que cumplir con una obligación ineludible.
Está en proyecto un servicio de ayuda a domicilio de cuidados personales, que se encargaría del aseo, movilización y alimentación de los ancianos. Según Alonso, este servicio ya implantado en Europa se pondrá en marcha en Madrid en breve.
Conviene informarse sobre las ayudas económicas, que en Madrid ascienden a 2.610 euros al año para el familiar que cuide a un dependiente y de 607 euros al mes para las familias de acogida. Puede ser necesario un equipo mínimo -grúa, andadores, salvaescaleras, bañeras móviles- cuyo precio mínimo oscila entre los 3.000 y los 6.000 euros.
Recomendaciones para su cuidado
Una de las normas básicas que recomiendan en la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología para ocuparse de los ancianos en el hogar es asegurarse de que no se sienten un estorbo, lo que sólo se consigue con altas dosis de cariño. Respetar su autonomía dejando que tomen sus propias decisiones, incluido en lo que concierne a su dinero, es importante.También lo es cuidar de su alimentación. Hay que destacar que la desnutrición es uno de los principales problemas que presentan los ancianos españoles, según ha señalado Ribera Casado junto a la soledad, que afecta a 1,3 millones de ancianos en España.Asimismo, no hay que descuidar la asistencia sanitaria, tanto la domiciliaria como la hospitalaria. A este respecto, hay que destacar que sólo un 15% de los hospitales españoles tienen servicio de geriatría.