Operar con acciones propias
Las grandes empresas del Ibex mueven sus propias acciones en el mercado en cifras abultadas, según datos recopilados de las memorias publicadas. Las 13 compañías que han declarado intervenciones en el mercado con sus títulos sumaron un volumen negociado de 26.000 millones de euros, que lógicamente tiene efecto en la evolución de los precios de los títulos. Estas operaciones dejaron beneficios de 76,3 millones de euros.
El banco Santander, especialmente activo en 2003, movió, entre compras y ventas, el equivalente a un 48% de su capital social. El BBVA le sigue con un 24,25%. Los bancos, grandes operadores del mercado de valores, matizan que estas cifras incluyen compraventas para sus clientes o de fondos de inversión. Tras los bancos, las eléctricas son las que más recurrieron a las operaciones con acciones propias, algo que también hicieron Telefónica y Metrovacesa, entre otras.
La compra y venta de títulos propios en el mercado no es en sí una práctica irregular, y además no siempre se considera autocartera. No obstante, la ola en favor de la transparencia empresarial obliga a plantear algunas objeciones. Es una tentación muy extendida sostener o empujar el precio de las acciones mediante intervenciones en el mercado. Este mecanismo no parece muy transparente: obviamente la compañía tiene información sobre sus planes de la que no disfrutan los demás operadores. Y, como esas operaciones sólo se conocen meses después en las memorias anuales -el registro de autocartera de la CNMV es muy limitado- el pequeño inversor no tiene conocimiento de ellas y queda en clara desventaja. Existe una forma más honesta de hacer reaccionar una acción: lanzar mensajes optimistas al mercado. Luego las promesas tendrían que ser cumplidas, pero el inversor sabría bien a qué atenerse.