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Acciones

Jugando con baraja propia

Compraría usted acciones de una compañía si supiera que ésta lo hace? ¿Vendería si tuviera noticia de que la empresa se está desprendiendo de sus propios títulos? Quizás, pero no tiene forma de saberlo.

Compraría usted acciones de una compañía si supiera que ésta lo hace? ¿Vendería si tuviera noticia de que la empresa se está desprendiendo de sus propios títulos? Quizás, pero no tiene forma de saberlo. Las sociedades sólo mencionan las operaciones que realizan con títulos propios en sus memorias anuales, a menos que superen el 1% de su capital, el límite fijado por la legislación para comunicárselo a la CNMV.

Los informes publicados sacan a la luz, muchos meses más tarde, la magnitud de estos movimientos. De las compañías del Ibex 35 que han presentado su memoria hasta ahora, 13 de ellas declaran movimientos de acciones propias a lo largo del ejercicio pasado. Estas sociedades, que incluyen a todos los grandes del mercado con la excepción de Repsol YPF, compraron y vendieron más de 2.400 millones de acciones propias, que alcanzan un volumen negociado total de 26.000 millones de euros.

El año 2003 fue alcista para las Bolsas y eso se tradujo en un predominio de las ventas sobre las compras, así como en importantes plusvalías. Las operaciones con títulos propios generaron un beneficio conjunto de 76,31 millones. Santander fue el que más dinero ganó, 29,8 millones, mientras que tan sólo dos sociedades, Bankinter y BBVA, registraron minusvalías.

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Los minoritarios creen que estas operaciones pueden distorsionar los precios

La mayor parte de las compañías justifica en sus informes esta práctica para poder cumplir programas de remuneración o para dar liquidez al valor. Otras, se limitan a dar cuenta de ellas. Los bancos, que intervienen a diario en el mercado por cuenta propia o de terceros, declaran volúmenes muy altos. Sin embargo, algunas críticas apuntan a la desprotección de los accionistas minoritarios en estas situaciones.

'La autocartera no sólo se utiliza para ganar dinero, sino también para dar estabilidad al valor y evitar fluctuaciones excesivas o injustificadas. En este sentido, puede verse como un beneficio a favor de los accionistas', argumenta Isabel Giménez, directora general de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros de Valencia. No obstante, reconoce que la autocartera debe estar bien gestionada para que no se distorsione el precio de la acción y no se perjudique a los accionistas. 'El abuso de los resultados extraordinarios es pan para hoy y hambre para mañana. El mercado lo acaba sabiendo, y descontando una prima a las empresas que actúan así', concluye esta experta.

Desde la Asociación de Consumidores y Usuarios de Bancos, Cajas, Seguros y Productos Financieros (Adicae) propugnan que la compraventa de acciones propias se reduzca a la 'mínima expresión'. En su opinión, la autocartera produce efectos distorsionadores del capital de la sociedad, y por ello de su valor en Bolsa. 'Además supone un reparto de poder político en el consejo de administración, que puede ejercerse en las juntas de accionistas, relegando el poder de decisión y de ser oído de los pequeños inversores', apunta Andrés Garvi, portavoz de Adicae.

Lanzar mensajes en lugar de intervenir

Los únicos motivos que pueden llevar a una compañía a hacer autocartera, según Pablo Fernández, profesor del IESE, son cumplir con programas de stock options o amortizar títulos para retribuir al accionista. 'Hacer negocio con las acciones propias es poco razonable. Si se considera que la cotización está baja la empresa lo que debe de hacer es lanzar mensajes al mercado para que la acción suba en lugar de intervenir. Ahora bien, esto también lo deberían hacer cuando consideren que las acciones están sobrevaloradas', comenta Fernández.

Entre las compañías que realizaron operaciones con acciones propias durante el año pasado, el Santander fue, de largo, la más activa. La entidad presidida por Emilio Botín adquirió 1.154 millones de acciones por un importe de 8.518 millones de euros, y vendió 1.155 millones de títulos, por los que recaudó 8.683 millones. A pesar de que la suma de adquisiciones y enajenaciones movieron el equivalente al 48,3% del capital social, la autocartera del banco quedó a finales del año en el 0,05%, frente al 0,08% de diciembre de 2002.

Según fuentes del banco, la mayor parte de estas acciones son compras y ventas realizadas para sus clientes o a través de los fondos de inversión del banco y, por lo tanto, no se consideran autocartera. Buena parte de las acciones son contabilizadas varias veces en sucesivas compras y ventas. El banco argumenta que, por su peso en el mercado de valores, también mueve grandes sumas de otras empresas del Ibex, que no tiene que publicar. En la memoria consta que el Santander obtuvo unos beneficios de 35,8 millones por operaciones con sus propios títulos, mientras que las minusvalías fueron de seis millones. En total, los movimientos le reportaron unos beneficios de 29,8 millones.

El caso del BBVA es muy distinto del de su gran rival. En su informe anual la entidad presidida por Francisco González declara haber realizado compras de acciones propias durante 2003 por valor de 3.767 millones de euros, mientras que las ventas fueron de 3.997 millones. A 31 de diciembre pasado, la autocartera del banco estaba representada por 7.486.321 títulos, representativos del 0,234% del capital social, frente al 0,337% que declaraba al cierre de 2002.

En conjunto, las operaciones que realizó el BBVA con sus propias acciones se saldaron con pérdidas de 2,7 millones, inferiores a las minusvalías de 2002, que alcanzaron los ocho millones.

Dos bancos medianos incluidos en el Ibex 35, Popular y Bankinter, también realizaron operaciones con acciones propias a lo largo del pasado ejercicio, aunque en menor cuantía que Santander y BBVA. En su memoria, el Popular reconocer haber realizado transacciones con acciones propias, 'para facilitar la liquidez de la acción', que supusieron el 1,29% del total negociado y que suman 5.344.614 títulos. 'Esta cifra comprende 1.005.830 acciones de operativa por cuenta propia y 4.338.784 acciones en las que ha intervenido la sociedad de valores del grupo por cuenta de clientes', explica el banco. Las operaciones con acciones propias se saldaron con unas ganancias de 758.000 euros. El año acabó para el Popular como empezó: sin autocartera.

El comportamiento de Bankinter fue netamente vendedor en 2003. Adquirió 103.817 acciones y enajenó 471.452 títulos. 'Los resultados generados debido a las transacciones efectuadas con acciones de Bankinter son de 215.000 euros de pérdida en 2003', reza el informe.

Después de los bancos, el sector más propenso a operar con sus títulos es el eléctrico. Iberdrola compró y vendió acciones equivalentes al 7,7% de su capital social. En total, compró títulos por valor de 528 millones y vendió por un importe de 512 millones. Las plusvalías generadas por estos movimientos ascendieron a 3,4 millones.

'Para facilitar en momentos puntales la liquidez de la cotización, durante 2003 Endesa adquirió 5,6 millones de acciones propias y vendió 14,14 millones', explica la compañía en su memoria. Las ventas de títulos propios generaron a Endesa unas minusvalías de cuatro millones. 'Sin embargo, considerando la provisión dotada sobre estas acciones (...) el efecto de estas ventas ha sido positivo por un importe de 14 millones', señala la eléctrica.

REE no tuvo que recurrir a las provisiones para que sus operaciones se saldaran de forma positiva. En 2003 los movimientos con autocartera generaron unos beneficios de 1,4 millones 'sin que se hayan producido pérdidas'. REE movió en el mercado un número de títulos representativos del 4,5% de su capital, cuando sólo fluctúan en el mercado el 30% de sus acciones. Unión Fenosa obtuvo unas plusvalías de 622.000 euros por operar con sus propias acciones. En total, la eléctrica se gastó 40 millones en comprar acciones, mientras que recaudó 62,1 millones por su venta.

Telefónica fue la excepción entre las compañías que manejaron autocartera, ya que compró muchas más acciones de las que vendió, si bien es verdad que la mayoría de las compras fueron destinadas a su amortización, como forma de remunerar al accionista. Durante 2003 la operadora adquirió 50,7 millones de títulos y enajenó seis millones a un precio medio de venta de 9,63 euros (la cotización media fue de 9,93 euros). Los beneficios logrados con estas ventas ascendieron a 7,12 millones.

Ferrovial fue, después del Santander, la compañía que más ganancias obtuvo negociando con sus propios títulos. La constructora aprovechó el buen año que vivió el valor (se revalorizó un 15%) para deshacerse del 62% de su autocartera. 'Durante 2003 se han vendido 1.967.580 acciones, que generaron 18,1 millones de euros de plusvalías', explica la empresa en su informe anual.

Metrovacesa también se empleó a fondo el año pasado para limpiar su autocartera. A cierre del ejercicio no tenía acciones propias en su poder, tras vender la autocartera que tenía Bami en 2002, que era del 1,87% del capital social, y la de la propia Metrovacesa, el 2,6%. Estas operaciones, que se registran en el capítulo de resultados extraordinarios, aportaron un beneficio positivo de 3,9 millones.

El Santander toma posiciones

Al igual que ocurrió en 2003, el Santander vuelve a ser este año la entidad que mayores movimientos está protagonizando.A 31 de diciembre pasado la entidad declaraba tener 2.538.237 acciones propias, equivalentes al 0,053% de su capital social. Sin embargo, el pasado 28 de abril, el Santander comunicó a la CNMV que su autocartera pasaba a estar compuesta por 70.442.273 acciones, representativas del 1,477%. Es decir, el banco presidido por Emilio Botín había adquirido 67.904.036 títulos.Como el registro de autocartera sólo informa de los cambios que se producen, no es posible saber a qué precio y cuándo se produjeron estas compras. No obstante, los plazos de comunicación que contiene el Real Decreto 377/1991 sobre participaciones significativas señalan que la sociedad está obligada a comunicar las variaciones de su autocartera en el plazo de siete días hábiles desde la fecha de la operación. 'En el supuesto de adquisición por actos sucesivos el plazo se contará desde la fecha de adquisición que hubiera generado la obligación de comunicar'.

El registro de autocartera, en entredicho

En un paso en favor de la transparencia, la CNMV decidió el pasado marzo hacer público el registro de autocartera, en el que las compañías comunican las adquisiciones de acciones propias que superan el 1% del capital.Los expertos aplauden la decisión, pero consideran que se queda corta porque la obligación de comunicar sólo a saltos del 1% hace que existan diferencias entre lo que comunican las empresas y la realidad. 'El límite es excesivo. Se debería comunicar la compra o venta de una simple acción. Además, deberían explicar el motivo de ese movimiento', declara Pablo Fernández, profesor del IESE.'El registro es necesario pero no suficiente. Los retos legales de los supervisores muestran cómo la normativa es un marco general pero no hace milagros', según Isabel Giménez, directora de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros de Valencia.Además, el registro muestra desfases importantes. Por ejemplo, el último dato de Ferrovial (fechado en octubre de 2001) habla de una autocartera del 3%, cuando en su memoria de 2003 la compañía reconocía tener acciones por el 0,83%. Con NH ocurre algo parecido. El dato recogido en el registro, de septiembre de 2003, habla de una autocartera del 3,8%, cuando la compañía declara a 31 de diciembre el 0,17%.

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