Desfiscalizar la cultura

El Gobierno adelantó ayer la aplicación de una de las medidas fiscales que llevaba en su programa electoral: la rebaja del impuesto sobre el valor añadido (IVA) de los bienes y servicios culturales. Los productos musicales, que ahora tributan un 16% de IVA, pasarán a hacerlo un 4%, y los libros, gravados al 4%, soportarán un tipo prácticamente simbólico del 1%. Estas decisiones, cuyo calendario de aplicación está aún por determinar, además de aliviar la carga tributaria a productos de consumo masivo entre los más jóvenes y, por tanto, con menos posibilidades económicas, despejan el camino a la creación intelectual y artística. Y lo que no es menos importante: dan abierta batalla al mercado negro que acosa a este tipo de bienes, especialmente a los musicales. Tales prácticas ilegales copan cotas de mercado cada vez más altas, pese a la persecución policial, poniendo en peligro la viabilidad de una vasta industria y su empleo.