Almunia sigue a Solbes
El hilo de voz se ha convertido en chorro y el argot técnico en claridad tajante, pero por lo demás pocas diferencias se observan en el relevo de Pedro Solbes por Joaquín Almunia en el cargo de comisario europeo de Economía. El bilbaíno hizo ayer ante el Parlamento Europeo una profesión de fe en el rigor fiscal que su predecesor, y hoy vicepresidente económico del Gobierno, ha defendido durante cuatro años y medio en Bruselas. Almunia, escoltado en su comparecencia por una numerosa representación del Partido Socialista Europeo y de diversos ámbitos del funcionariado y la diplomacia comunitarios, se comprometió ayer a aplicar con la misma precisión que su antecesor el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, 'porque al igual que él estoy convencido de que ha contribuido a una mayor estabilidad macroeconómica en la Unión monetaria'. Le asiste la razón, y su continuismo es, en este caso, una virtud. No obstante, no elude lo obvio y reconoce 'algunas deficiencias' en la aplicación del Pacto, aunque 'no está en cuestión el texto'. Almunia demostrará hoy mismo su apego a la austeridad fiscal abriendo expediente por déficit excesivo a Holanda, Reino Unido e Italia.