Los empresarios de los nuevos países de la UE encaran 2004 con optimismo
El entusiasmo será mucho mayor el sábado en los recién llegados que en los inquilinos vigentes. Los empresarios de los países que se integrarán en la UE están convencidos de que el 2004 será un año propicio para sus negocios. La inmensa mayoría de los 7.500 consultados han respondido que esperan mejores en los cinco apartados propuestos: cifra de negocio, ventas internas, exportaciones, empleo (las dudas acerca del crecimiento se concentran en esta materia) e inversión. Unas expectativas de cambio que contrastan con, por ejemplo, las españolas: sólo una de cada 18 empresas tienen previsto invertir en la nueva zona euro, y el 62% no cree que su actividad vaya a cambiar en nada.
Según las Cámaras, los 10 nuevos integrantes tirarán del carro europeo en los próximos años, a una velocidad entre uno y dos puntos por encima del resto. Rápida pero insuficiente: a esa progresión, los países de la nueva zona euro tardarán entre 35 y 70 años en alcanzar la convergencia con la renta europea. Aunque son difíciles los análisis a tan largo plazo, según las Cámaras, 'nunca llegará antes de 40 años'.
La ampliación es una excelente oportunidad para las empresas de la nueva zona euro y, en menor medida, para las de la aún Europa de los 15. Según Juan José Lucio, director del Servicio de Estudios de las Cámaras, éstas últimas llevan preparando su desembarco desde que se iniciaron las negociaciones de entrada. 'España está preparada, tiene empresas para abordar inversiones con experiencia en presencia internacional', afirmó Lucio, que aventuró que la ampliación 'no será un vuelco en la economía europea'.
El estudio muestra que las expectativas han mejorado sustancialmente con respecto al año pasado (el primero en el que se elaboró), debido a la recuperación que se espera de la economía y comercio mundial, que debe impulsar al europeo.
El panorama económico de los inminentes socios es heterogéneo. Las repúblicas bálticas (Letonia, Lituania y Estonia) encabezan las expectativas. Un segundo bloque, aún por encima de la media, lo forman en Centroeuropa Polonia y la República Checa. En el Mediterráneo, Chipre destaca por arriba y Malta por abajo. Y última destacada, Hungría, la excepción a la regla del crecimiento. Sus problemas estructurales, con déficit público y tipos de interés desmesurados, descartan una recuperación próxima, que de no entrar en la UE se alejaría aún más.
Previsiones. Buenas perspectivas para las ventas; malas para el empleo
Cifra de negocioLetonia lidera las expectativas: el 72% de los empresarios creen que mejorará, frente al 7% que cree lo contrario, lo que sitúa la diferencia en 65. Sólo Hungría empeorará (-19).VentasTanto las ventas internas como las exportaciones se incrementarán con la entrada en la UE. Letonia (61), República Checa (60) y Chipre (56) lideran las primeras, mientras que Eslovenia (72) y Eslovaquia (61) encabezan las segundas. Hungría de nuevo es la más pesimista en ambas materias (15 y 16). EmpleoTanto los empresarios húngaros (-12) como los eslovenos (-3) vaticinan más parados. Y el margen entre los que creen lo contrario es más exiguo que en los restantes apartados. Los más optimistas son Estonia y Chipre (33) y Letonia (32).