Europa ante la mejora de EE UU
Se dice en ocasiones, con afán de simplificar las cosas, que España es un país de camareros. El turismo es la primera industria nacional, y por tanto España SA es una sociedad dedicada al turismo. Para hacer un paralelismo, tan tosco obviamente como la afirmación inicial, con Europa Inc., habría que hablar de una compañía exportadora.
La última lectura del índice IFO sobre la confianza empresarial en Alemania da alas a la vocación exportadora de esta empresa llamada Europa. Ha mejorado de forma inesperada -especialmente dado que la semana pasada la encuesta ZEW de confianza inversora resultó peor de lo esperado por los economistas- gracias sobre todo al sector exportador. La máquina industrial alemana vive de lo que vende más allá de sus fronteras y, en este sentido, el leve debilitamiento del euro -o la convicción de que tocó techo- ha ayudado a la economía.
José Luis Alzola, de Merrill Lynch, afirma que la paulatina apreciación del euro frente al dólar registrada desde mediados de 2002 ha impedido a la economía europea aprovecharse de la recuperación de la actividad a nivel mundial. La exportación de bienes y servicios aumentó sólo en un 1,1% en el año y medio anterior al cierre de 2003.
Alzola, economista del banco estadounidense, considera que junto con la recuperación gradual del consumo, el aumento esperado de la demanda externa hace menos verosímil un recorte de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo. En este sentido, tanto la mejora de las cifras macroeconómicas en Asia y Estados Unidos como la corrección del euro trabajan en contra de la bajada de tipos.
Curiosamente, cuando el euro se disparaba algunos analistas comentaban que la subida de la moneda no era, en realidad tan negativa para las economías europeas. Probablemente aquellos comentarios estaban salidos de tono. La fulgurante recuperación bursátil invitaba a ver un mundo de color de rosa.
En realidad, cuando los riesgos están en la deflación y no en la inflación, conviene que la moneda baje. Por eso han dejado caer el dólar. Ahora que llueve menos, Europa puede salir de la cueva. Y plantearse, gracias a la mejora de EE UU -ayudado a su vez por el dólar- y a la estabilización del euro, pensar en crecer.