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Cinco sentidos

El caracol de Lleida aterriza en los fogones de Madrid

Tras consolidarse como referente por excelencia de la gastronomía leridana y líder indiscutible del Aplec del Cargol, la fiesta culinaria más emblemática de la ciudad, sus fervientes defensores están decididos a convertirlo también en atractivo turístico como ya lo es el románico de Boí.

La Federació de Colles del Aplec (Fecoll), que agrupa a unas 12.000 personas pertenecientes a un centenar de peñas, se ha propuesto vender su imagen y su sabor fuera de Cataluña. Y aprovechando que 'el AVE ha acortado distancias', según el presidente de la Federación, Xavier Pérez, Madrid acoge desde hoy y hasta el próximo viernes la semana gastronómica del caracol.

El Puerta de Castilla (Paseo de la Castellana, 191) cederá su cocina a los chefs leridanos Antoni Rúbies (Flor de Lis), Valeriano Iglesias (Condes d'Urgell), Albert Cogul (Celler del Roser), Bernat Casanelles (Hostal Sant Jordi) y Manuel Gil (Restaurant Esquirò) para que durante cinco días cada uno de ellos ofrezca sus menús de caracoles, con previa invitación. Las sugerencias van desde el mar y montaña de manitas de cerdo con caracoles, el arroz intenso de setas de prado con caracoles o las cigalas con caracoles gratinados con salsa alioli.

Este restaurante y el Puerta de Madrid (Juan Rizzi, 5) ofrecerán también la posibilidad de degustar un menú leridano por 30 euros, en el que además de caracoles se puede saborear un mixto de butifarra blanca y negra y postre de fruta.

Los restauradores Albert Cogul y Antoni Rúbies coinciden al señalar que la iniciativa debe permitir 'dar a conocer las posibilidades culinarias del caracol, revestidas de imaginación y originalidad' como un atractivo más para desplazarse a Lleida y probar, por qué no, unos caracoles garrapiñados o un helado de caracol.

Doce toneladas en tres días

El año 2004 será, sin duda, el gran año del caracol de Lleida. La promoción en Madrid llega después que el Aplec del Cargol fuera declarado el pasado marzo Fiesta de Interés Turístico Nacional. La distinción permitirá publicidad en los catálogos oficiales y una previsión de mayor afluencia a una fiesta culinaria que reúne unas 250.000 personas que consumen en tres días entre 11 y 12 toneladas de caracoles autóctonos y procedentes de otras zonas como Aragón, Galicia, Extremadura e, incluso, Marruecos.La próxima edición (21, 22 y 23 de mayo), será especial porque coincide con su 25 aniversario. Para no faltar a la tradición, el caracol se pone en estas fechas por las nubes. En Lleida, el kilo se paga a 12 y 15 euros. Le llaman, con razón, el marisco de tierra.

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N. Sanmartin / V. Mazo

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