La madurez del mercado fotográfico
Cuando Gustav Le Gray tomó en 1855 una imagen de una ola del mar mediterráneo estaba lejos de imaginar que 144 años después un coleccionista pagaría por la instantánea, La gran ola, 837.400 dólares, el precio más alto pagado hasta entonces por una pieza del género. La fotografía, como el arte contemporáneo, rompe barreras. Una expansión que se aprecia en el auge de exposiciones (retrospectivas de Joan Colom, en la Fundación Telefónica, y de José Alemany, en la Fundación La Caixa, en Madrid, o la muestra De París a Cádiz, en el MNAC de Barcelona) o el creciente protagonismo en ferias. Desde hoy, coleccionistas y amantes de la fotografía tienen una cita en DFoto, la primera feria monográfica que se organiza en España.
La feria, que se celebrará hasta el próximo domingo en el Palacio de Congresos Kursaal, de San Sebastián, es un proyecto de la Fundación Centro Ordóñez-Falcón de Fotografía, y a ella han sido invitadas 37 galerías de España, Francia, Portugal, Reino Unido, Suiza, Holanda, Alemania y Luxemburgo. La organización ha buscado la calidad y la especialización, con el objetivo de convertirse en cita ineludible dentro de los circuitos del mercado del arte.
Su apuesta, mostrar y recoger los trabajos más interesantes de la fotografía contemporánea y el vídeo, al tiempo que proporcionar un ambiente para el coleccionismo particular o corporativo y contribuir a consolidar este mercado.
La fotografía se ha convertido en las últimas décadas en uno de los pilares del nuevo coleccionismo, joven y más arriesgado, y que se activará, dicen los expertos, si los precios son razonables.
Para Horacio Fernández, director artístico de PHotoEspaña, festival que este año alcanza su octava edición, el fenómeno tiene que ver con la evolución del arte. 'Desde los años 70, el arte se ha ampliado hacia nuevos espacios, como instalaciones y performances. Al mismo tiempo, algunos artistas empezaron a utilizar la fotografía como medio de expresión y si hace 25 años trabajaron con pintura o escultura, hoy utilizan otros medios, entre ellos, la fotografía'.
Ha sido precisamente la introducción de la foto en el trabajo de los artistas -Susana Solano y Pere Jaume son dos ejemplos- lo que ha favorecido la presencia de fotografías en ferias de arte, como la madrileña Arco, precisa David Balsels, uno de los comisarios de la exposición Joan Colom. Fotografías de Barcelona, 1958-1964.
¿Invertir en fotografía es rentable? David Balsels opina que sí. Este especialista recuerda que una obra de Joan Font Cuberta se valoraba en los años 80 entre 70 y 90 euros y hoy en día su cotización puede alcanzar los 5.000 euros. En el mercado internacional, los precios se alejan. Christie's subastó en mayo del pasado año un daguerrotipo de 1842 de Joseph-Philibert Girault de Prangey en más de 922.000 dólares (la casa de subastas celebrará el 18 de mayo otra venta de imágenes del artista, entre ellas una histórica vista de Jerusalén de 1844, con un precio estimado entre 90.000 y 120.000 euros). Entre los contemporáneos, las cotizaciones más elevadas las alcanzan Andreas Gursky (611.000 dólares) o Cindy Sherman (336.000 dólares).
Horacio Fernández habla en estos casos de hiperinflación. 'Las fotografías se venden en ediciones cortas, lo que debería abaratar precios'. En su opinión, el universo de los que ganan dinero en fotografía no es tan grande. El director artístico de PHotoEspaña está convencido de que veremos oscilaciones en las cotizaciones, después de todo el mercado de la fotografía no deja de ser una burbuja como la mayor parte del mercado del arte.
Andreas Gursky y Cindy Sherman se encuentran entre los artistas más cotizados
Pioneros del coleccionismo
El coleccionismo fotográfico arranca en los años 30 . En 1929, el MOMA ya contaba entre sus fondos con una fotografía de Walker Evans. El interés de museos americanos alimentaría un coleccionismo privado que contribuyó a escribir la historia de la fotografía.En España también han sido los museos y fundaciones los que han asumido la tarea de recopilar el patrimonio fotográfico. El Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) ha sido precursor en el coleccionismo público, con más de 3.000 obras, y el MNAC, de Barcelona, cuenta desde 1996 con una sección específica de fotografía. En el campo privado, el fotógrafo valenciano Gabriel Cualladó, galardonado en 1994 con el Premio Nacional de Fotografía, otorgado por el Ministerio de Cultura, está considerado el pionero del coleccionismo fotográfico en España.Destacan, además, las colecciones de la Fundación Centro Ordóñez-Falcón de Fotografía, de la Fundación Vilà Casas, especializada en fotografía catalana y con voluntad de cubrir lo que no tiene cabida en otros museos, o la Fundación Foto Colectania, que colecciona imágenes de la Península Ibérica a partir de los años cincuenta.