Competencia impone a Telefónica la mayor sanción de su historia
Duro golpe de las autoridades españolas antimonopolio a Telefónica. La operadora fue ayer objeto de una multa de 57 millones de euros por abuso de posición dominante, la mayor sanción impuesta a una sola compañía por el Tribunal de Defensa de la Competencia.
Telefónica de España incurrió en una conducta restrictiva de la competencia, consistente 'en un abuso de posición dominante, al vincular la prestación de determinados servicios a la inexistencia de preasignaciones con operadores competitivos y realizar campañas desleales de publicidad que producen confusión en el usuario y denigran a los competidores'.
æpermil;sa es la razón principal del pleno del Tribunal de Defensa de la Competencia, compuesto por el presidente, Gonzalo Solana, el vicepresidente y siete vocales, para imponer a Telefónica de España una multa de 57 millones de euros (el 1,5% de la facturación de la empresa), la sanción más alta establecida por el organismo en toda su historia.
La operadora calificó ayer la multa de 'improcedente, desmesurada e injusta' y anunció que la recurrirá ante la Audiencia Nacional, para lo cual tiene un plazo de dos meses.
La operadora deberá explicar a los clientes que la preasignación no daña el servicio
El caso tiene su origen en una denuncia ante Competencia por parte de la patronal de las nuevas telefónicas, Astel, que acusó a Telefónica en noviembre de 2002 de abuso de posición de dominio y de frenar la competencia.
A finales de 2001 se había puesto en marcha el mecanismo de la preselección o preasignación, que permite al usuario elegir por anticipado el operador que transportará sus llamadas automáticamente, sin marcar antes un código de selección.
El mecanismo de preasignación, que supone, según el tribunal, 'una herramienta de apertura del mercado de la telefonía fija', se ha visto retrasado 'por sucesivos incumplimientos de la normativa por parte de Telefónica'. Competencia considera probado que la operadora puso en práctica 'una estrategia para dificultar la preasignación de los operadores alternativos'.
Según el tribunal, la empresa 'generó confusión en el usuario sobre las implicaciones de la preselección, dando a entender que la seguridad o calidad de las comunicaciones puede resentirse, y que es muy probable que se tarde más en reparar averías'.
Además de la elevada multa, Competencia impone a Telefónica la obligación de enviar cartas a todos los clientes a los que previamente hubiera mandado misivas con contenido anticompetitivo, indicando que la preasignación de operador no supone ninguna implicación negativa en términos de calidad de servicio.
La ley permite al tribunal establecer multas hasta del 10% de la facturación de la compañía en casos de abuso de posición dominante. Sin embargo, no es habitual que la sanción llegue a ese extremo. El límite para las conductas muy graves, como ha sido calificada la de Telefónica, suele ser hasta del 2% del volumen de negocio, una suma, aun así, muy elevada. El 1,5% de la facturación fue también la multa que las autoridades europeas de la competencia impusieron hace dos semanas a Microsoft por conductas monopolísticas.
Para establecer la cifra, el tribunal español ha tenido en cuenta el volumen del mercado afectado, la elevada duración de la conducta monopolística y su reiteración, ya que el organismo había impuesto antes nueve sanciones a Telefónica.
Además, considera especialmente grave que la operadora abusara de su posición dominante justo al inicio de la liberalización de las telecomunicaciones, lo que daña más el mercado.
Campañas contra las compañías competidoras
Anuncios que 'denigran' a los otros operadoresLa campaña de Telefónica que, en opinión del tribunal, dañó la competencia, consistió en primer lugar en una serie de spots publicitarios emitidos en todas las televisiones nacionales y autonómicas. En ellos 'se denigra la imagen de los competidores basándose en que no ofrecen determinados servicios cuya responsabilidad corresponde en realidad a Telefónica', según el tribunal.Argumentos del centro de atención al clienteDesde las centralitas se intentó que los clientes no se fueran con otras empresas. Según el tribunal, el argumentario de los comerciales restringió la competencia porque se decía a los clientes que la solución de averías se alargaría, que la seguridad de las comunicaciones disminuiría y que la atención al cliente sería mucho peor si cambiaban de operadora.Envíos masivos de cartas a empresasTelefónica envió masivamente cartas a miles de empresas para informarles de las 'verdaderas' implicaciones de la preselección. A juicio de Competencia, esas misivas crearon un temor 'infundado y abstracto'. La operadora no realizó un ofrecimiento de servicios que animaran al cliente a no cambiar de operador, sino que 'sembró dudas y miedo sobre la preselección'.