Kioto es la solución, no el problema
El cumplimiento del Protocolo de Kioto es un punto clave del programa electoral socialista, según el autor, y responde a tres de los ejes prioritarios de éste: reforzar el multilateralismo, mejorar la productividad y la competitividad y aprovechar el desafío tecnológico
El respeto a la obligación de España con el Protocolo de Kioto -no incrementar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para el periodo 2008-2012 por encima el 15% respecto a 1990- es uno de los puntos clave del programa con el que el PSOE concurrió a las pasadas elecciones generales. Los socialistas, sin duda, son conscientes del desafío que esto entraña debido, en particular, al grave alejamiento de Kioto (incrementos en las emisiones de GEI ya en 2002 del orden del 40%) en que nos encontramos.
Kioto responde a tres de los ejes prioritarios del programa electoral socialista:
Hay que aprovechar el Plan Nacional de Asignación de Derechos de Emisión para establecer incentivos al cumplimiento del protocolo
l Reforzar el multilateralismo y dar una firme respuesta a los compromisos comunitarios e internacionales. Kioto no es el problema. Al contrario, es parte de la solución ante el gran desafío del cambio climático
l Mejorar la productividad y la competitividad de la economía española. Durante las legislaturas pasadas, mientras la UE, en general, mejoraba su eficiencia energética -medida en consumo de energía por unidad de PIB- España la ha empeorado continuamente. La renuncia del Gobierno a gestionar la demanda -en particular de energía eléctrica, que algunos ejercicios ha crecido a un ritmo de casi el doble que el PIB, con el consiguiente incremento real de la factura eléctrica o factura de la luz-, así como una motorización casi compulsiva -en coches por habitante ya hemos superado a países como Dinamarca, Holanda o Reino Unido-, y el consumo disparado de materiales de construcción -España es el mayor consumidor de cemento de Europa, y ya duplicamos a Alemania- han llevado a España a este incremento progresivo de la ineficiencia y de la dependencia energética. Invertir esta tendencia es vital y muy saludable para nuestra economía, no sólo con más producción, sino también de la buena -la que contribuye a mejorar la calidad de vida-, y con menor consumo de energía
l Innovación tecnológica a tope. Kioto es una oportunidad única, una llamada a la innovación para un mayor ahorro y eficiencia energética y para situar a España en el obligado -por sus condiciones naturales- y merecido -por la capacidad demostrada de sus científicos y empresarios- liderazgo en energías de fuentes renovables. España no puede ser menos que Chipre en energía solar térmica, que Dinamarca en energía eólica o que Alemania en energía solar fotovoltaica. España puede aspirar a ser la España toda solar, iniciando una verdadera revolución en esta materia.
En mi opinión, el PSOE es consciente de los desafíos que entraña invertir las tendencias existentes -pasar de un incremento del 40% en emisiones de GEI en 12 años a reducirlas en un 25% en menos de seis años-. Hay que convertir este desafío en oportunidad para la sociedad española y para toda la industria.
Los ejes principales de la concreción de los compromisos electorales del PSOE -acompañados de una participación y complicidad masiva de la sociedad y de los agentes socioeconómicos- serían:
l Recuperación del borrador, aprobado por el Consejo Nacional del Clima, de la Estrategia Española de Lucha contra el Cambio Climático, para convertirla en un verdadero plan de acción, con objetivos y calendario concretos y recursos económico-financieros suficientes. Todo ello dirigido a crear un marco legal, institucional y financiero de incentivos para el cumplimiento de Kioto y no de ayudas estatales para pagar el incumplimiento de Kioto, como se reclama desde algunos sectores.
l Transposición correcta y eficaz de la Directiva 2003/87, de Comercio de Derechos de Emisión de Gases de Efecto Invernadero, CO2 en particular (el plazo terminaba el 31 diciembre de 2003). Esta directiva contempla un instrumento de mercado complementario a las medidas incluidas en la Estrategia Española de Lucha contra el Cambio Climático para reducir las emisiones de GEI; y comporta, si se hace bien, ahorros hasta de un 30% en los costes de cumplimiento de Kioto.
l Desarrollar urgentemente y eficazmente el Plan Nacional de Asignación de Derechos de Emisión (PNA), exigido por la citada directiva y que debería haberse presentado hoy, 31 de marzo de 2004, como fecha tope.
Este PNA parte de los trabajos técnicos realizados por el Ministerio de Economía en consulta con los sectores implicados (energético, refino, siderúrgico, pasta y papel, construcción-cemento, vidrio, cerámico, que representan mas del 40% de las emisiones de GEI); abriendo la consulta a otros agentes socioeconómicos y al público en general, como exige la directiva, y teniendo en cuenta tanto las implicaciones para los sectores no cubiertos por la misma como la responsabilidad que deben asumir los sectores terciario, comercial y residencial -muy en particular el transporte-, al ser los que más han crecido en sus emisiones de GEI.
Con las tendencias actuales, el incumplimiento de Kioto podría suponer unos costes de compra de derechos de emisión, según los escenarios tendenciales para 2010, de entre el 0,1% y el 0,6% del PIB cada año, mientras que en los cálculos realizados -en el ámbito de la OCDE y comunitario- de coste en un esquema preventivo y proactivo de cumplimiento de Kioto se manejan cifras del orden del 0,2% del PIB máximo, e incluso con coste real negativo para algunos sectores como el transporte y tráfico rodado, si se tienen en cuenta sus externalidades -hasta un 8% del PIB en la UE-.
Hay que aprovechar el PNA para establecer incentivos para el cumplimiento de Kioto, incluyendo ayudas del Estado si es necesario, compatibles con el régimen comunitario, incentivos y ayudas al mayor ahorro y eficiencia energética, promoción al cien por cien de las energías renovables y, en general, para la innovación dentro de un verdadero plan de choque -España todo solar-, con alto contenido en I+D+i+d diseño. El clima, los españoles y España se lo merecen. Y también los buenos empresarios e industrias, que los hay, muchos y muy buenos.