La plantilla de Nissan se moviliza para protestar por los despidos
Los trabajadores de la fábrica de Nissan Motor Ibérica de la Zona Franca se han concentrado durante todo el día a las puertas de la planta barcelonesa para protestar contra el expediente de regulación de empleo presentado por la dirección de la compañía, que pretende suprimir 160 puestos de trabajo. Los sindicatos han exigido a la dirección que "congele" el expediente de regulación y aborde cualquier excedente de plantilla dentro de las negociaciones del convenio colectivo. De momento, las negociaciones sobre el convenio se reanudarán el viernes.
Las movilizaciones, que duraron en torno a 20 minutos, se han sucedido entre las 9.00 y hasta pasadas las 18.00 horas. Los 3.000 empleados han salido a la calle de forma masiva con una pancarta en la que se leía "No a los 160 despidos".
Como medida de buena voluntad, la compañía ha aceptado la petición sindical de ampliar en 10 días, hasta el 26 de abril el periodo reglamentario de consultas sobre el expediente, con el fin de que no computen en este plazo los días de Semana Santa, en los que no habrá actividad en la planta de la Zona Franca de Barcelona.
El presidente del comité de empresa de Nissan, Marc Giménez, aseguraba aa primera hora que no esperaba nada positivo del primer acto de mediación con la dirección convocado por la Generalitat. Explicó que los representantes de los trabajadores pedirían a la autoridad laboral la congelación del período de consultas del expediente, que es de 30 días, "porque nos faltan datos y porque nos pilla el período de las vacaciones de Semana Santa en medio", aseguró Giménez.
La presencia de Nissan en la Zona Franca de Barcelona está supeditada a la rentabilidad y la contención de costes, algo que ya había advertido su consejero director general, Teruo Takebe. La viabilidad de las dos fábricas que tiene en Barcelona, la de montaje de Zona Franca y la de estampación de chapa de Montcada i Reixac, pasa por un severo ahorro de costes del 31% en tres años como vía para evitar un recorte de plantilla de 600 a 900 empleados. Además, la japonesa quiere negociar un convenio colectivo a cuatro años que incluya una congelación de salarios y la ampliación de la jornada laboral.