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Candidatura

Las trabas de Rato para llegar al FMI

La carrera de Rodrigo Rato hacia la cúpula del Fondo Monetario Internacional (FMI) parece haberse topado con las primeras objeciones. Ni siquiera el respaldo inequívoco del Partido Socialista después de la victoria electoral ha acallado las voces que se alzan en su contra a escala internacional.

Hasta ahora, la mayoría de las capitales europeas habían acogido con un silencio cómplice, interpretado como apoyo, la candidatura oficiosa del actual ministro español de Economía en funciones a la dirección general del organismo multilateral.

Algunos países, como Bélgica o Luxemburgo, incluso habían ensalzado abiertamente la idoneidad de Rato para el puesto, mientras que Berlín, París o Londres no habían dejado entrever ninguna oposición.

Pero sólo 24 horas después del descalabro electoral del Gobierno del Partido Popular se detectaron los primeros síntomas de enfriamiento del entusiasmo por el candidato español. La presunta reticencia del Ejecutivo de Jacques Chirac a respaldar a un miembro del equipo de José María Aznar ha sembrado la incertidumbre.

París se limita, por ahora, a confirmar que 'desea un candidato europeo', pero sin decantarse por ningún nombre. La cumbre franco-alemana de Economía del próximo lunes en Berlín, con asistencia de los ministros y gobernadores de los bancos centrales respectivos, puede aclarar definitivamente la viabilidad de la candidatura de Rato.

Fuentes comunitarias señalan que 'no suena todavía ningún otro nombre y parece difícil encontrar otro candidato europeo con tantas posibilidades de recibir el beneplácito de EE UU'.

El ascendente de Aznar puede convertirse en un lastre para la candidatura de Rato, quien a diferencia del presidente del Gobierno mantiene estrechos vínculos con la mayoría de sus homólogos, incluidos los ministros francés y alemán.

Durante sus ocho años como titular de Economía, Rato se ha labrado en Bruselas una reputación de persona eficaz y pragmática. El semestre en que presidió el Consejo de Ministros de la UE en 2002 consolidó esa fama. 'Ha sido la mejor presidencia del Ecofin que recuerdo', alaban fuentes diplomáticas, no españolas, del Consejo.

Aznar, en cambio, no ha cuajado una relación excesivamente fluida con Chirac ni con el canciller alemán Gerhard Schröder durante estos años de convivencia en el Consejo Europeo. El Elíseo probablemente tampoco habrá leído con satisfacción las recientes declaraciones de Aznar al diario parisino Le Monde estableciendo un claro contraste entre su liderazgo serio y adusto y el estilo 'simpático' de Chirac.

La principal amenaza para Rato, no obstante, son las dudas que puedan surgir sobre su currículo, que esta semana aparecían por primera vez en la prensa especializada. 'Es un político capaz', escribía esta semana Sebastian Edwards, profesor de la Universidad de UCLA (EE UU) y antiguo economista jefe del Banco Mundial para Latinoamérica, en el diario Financial Times. 'Pero sería excesivo decir que es el mejor candidato (...). No tiene experiencia en gestión de crisis, grandes reformas económicas o prevención de crisis'.

Fueron esos mismos medios internacionales, curiosamente, los que catapultaron el nombre de Rato cuando el director general del FMI, Horst Köhler, anunció su prematura retirada.

El ministro español, cuya carrera nacional había quedado frenada con la designación de Mariano Rajoy como sucesor de Aznar, se perfiló entonces como el sustituto más adecuado. El rival más sólido de Rato era, y sigue siendo, su homólogo británico Gordon Brown, cuya reputación internacional le permitiría probablemente alzarse con el puesto. Pero el escocés, de momento, parece ensimismado en su viejo sueño de relevar a Tony Blair al frente del Gobierno británico.

Antes de llegar a la recta final, Rato necesita el consenso de los socios europeos. Los ministros de Economía de la UE elegirán un candidato europeo en su reunión informal del 2 de abril en Irlanda. Cualquier voz discordante, sobre todo si es de un país grande, puede minar dramáticamente las expectativas de éxito del elegido.

Francia cobra las facturas de Aznar

La posición de Francia acerca de la candidatura comunitaria para dirigir el Fondo Monetario es capital. El poder de Francia en la Unión Europea es decisivo para decantarse por una candidatura o por otra.Pese a que fuentes gubernamentales francesas desmintieran el pasado miércoles el rechazo de Jacques Chirac a la candidatura de Rato, publicada por un periódico alemán, Francia no es neutral en este asunto. Su posición oficial ahora es que quiere que sea un candidato europeo, como lo ha sido siempre, pero que en ningún momento han dado el visto bueno al vicepresidente español.Fuentes comunitarias especulan con la posibilidad de que Francia, su presidente concretamente, esté pasando varias facturas pendientes generadas por Aznar. El todavía presidente del Gobierno español, en declaraciones recientes, criticó al líder francés refiriéndose a él: 'No hay nada peor que un líder simpático pero ineficiente'. El propio Rato ha cargado siempre las tintas sobre la política fiscal francesa, siempre alejada de los compromisos políticos adquiridos con sus socios.

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