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Vuelco electoral

Las empresas piden que se mantenga la inversión pública y privada

Más que inquietud, sorpresa por el resultado electoral. Las constructoras creen que el nuevo Gobierno continuará apostando por la obra civil. De hecho, el PSOE promete invertir 109.000 millones en 10 años. La duda es el futuro de la financiación privada de obra, que el partido de Zapatero también contempla.

El vuelco electoral ha sorprendido pero no inquietado al sector de la construcción. La CNC, patronal que agrupa a pequeñas, medianas y grandes constructoras, reclama al nuevo Gobierno que mantenga la actividad inversora de estos últimos años, en los que se han alcanzado cifras históricas. 'Queremos que continúe la buena marcha que registra el sector desde 1995', afirman en la patronal. El precedente, los 13 años previos de Gobierno socialista permiten augurar a las constructoras que el nuevo ejecutivo seguirá desarrollando las infraestructuras del país, un factor de dinamización de un sector que emplea a dos millones de personas y que tiene un elevado peso en el PIB nacional.

Las aspiraciones del PSOE se resumen en un plan a 10 años vista que incluye inversiones por importe de 109.043 millones de euros. La mayor parte, 49.337, iría destinada a modernizar el transporte por ferrocarril con la extensión en más de 6.000 kilómetros de la red de alta velocidad y la modernización de las líneas convencionales. La segunda partida más importante es la destinada al transporte por carretera, dotada con 38.406 millones.

El PSOE se compromete a construir 3.887 kilómetros de nuevas autovías. A la modernización de los aeropuertos el plan dedica 9.000 millones de euros. Además, la oferta electoral incorpora el compromiso de transformar el organismo de Aeropuertos Nacionales y Navegación Aérea (AENA), de forma que participen en su gestión otras Administraciones públicas, agentes económicos y sociales implantados en la zona de localización de cada aeropuerto. Zapatero se comprometió a invertir también 7.800 millones en infraestructuras para mejorar los servicios portuarios y marítimos, que serían gestionados con mayor autonomía que ahora. Por último, el plan del PSOE destina 4.500 millones de euros a la conservación y mantenimiento de la red de carreteras y a la mejora de la seguridad vial. Los socialistas se marcan como objetivo reducir a la mitad el número de muertes que se producen anualmente a causa de los accidentes de tráfico. La principal incertidumbre que plantean las constructoras respecto a estas propuestas es cómo se van a financiar a partir de 2007, una vez concluya el paquete de fondos comunitarios que debe recibir España, incluido en la Agenda 2000.

En su programa electoral, el partido que dirige Zapatero invoca a la cooperación con el capital privado para el desarrollo de las infraestructuras del país, 'estimulando su participación desde un espíritu de cooperación'. Las fórmulas de promoción privada aplicadas en el Metro de Sevilla o el que próximamente se adjudicará en Málaga podrían extenderse a otros ámbitos de competencia estatal. El portavoz del PSOE en materia de Infraestructuras, José Segura, afirmaba en la campaña que se dará entrada a la iniciativa privada en la financiación, pero no se permitirá la privatización de los servicios de transporte.

Debate. Una ley para un nuevo plan

Un proyecto de ley recogerá el plan de infraestructuras del PSOE para promover su debate. El objetivo es que el sistema no sea exclusivamente radial. Además, aboga por que las áreas no peninsulares reciban un trato solidario.El capital privado duda sobre la intención del partido socialista de adjudicar nuevas autopistas de peaje. Sin embargo, los condicionantes macroeconómicos deberían forzar al nuevo ejecutivo a dar paso a nuevos proyectos de este tipo, según fuentes del sector concesional.

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