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Vuelco electoral

La cúpula del PP apoya la continuidad de Rajoy

El varapalo electoral no será la tumba política de Mariano Rajoy. La continuidad del gran derrotado al frente del Partido Popular se da por segura tras el apoyo del aún presidente José María Aznar, que animó a Rajoy a ser el líder del partido en la oposición, y del resto de los dirigentes.

El partido quiso que la reunión de ayer del Comité Ejecutivo fuera una prueba de la unidad que también en la derrota ha de mostrar el PP. Asistieron 35 miembros, y por la sede de la calle Génova se dejaron ver numerosos ministros (Rodrigo Rato, Eduardo Zaplana, Ángel Acebes, Federico Trillo, Pilar del Castillo, y José María Michavila) y presidentes de Comunidades Autónomas (Esperanza Aguirre, Jaume Matas, Francisco Camps y Pedro Sanz). Aznar aprovechó el cónclave para recalcar que en este momento 'todos deben asumir su cuota de errores'.

Según Rajoy, en la reunión no se llegó a cuestionar su liderazgo. 'Empecé diciendo que seguiría al frente y todos los compañeros me apoyaron', desveló el político popular, que reconoció sentirse muy 'reconfortado y agradecido' por la confianza. En su agenda, explicó, figura convocar en las próximas fechas el Congreso del partido y trabajar para devolver a los populares al Gobierno de la nación dentro de cuatro años.

El candidato popular se negó varias veces a enjuiciar si el reciente atentado en Madrid y la posterior gestión de la información han impedido al PP conservar la Moncloa, y se limitó, al igual que en la noche electoral, a reconocer la victoria socialista. 'Es imposible analizar el impacto emocional. No sé qué habría pasado sin el atentado, ni creo que haya nadie que pueda saberlo. Eso -continuó- entra dentro del análisis sociológico'.

Rajoy refrendó la política de su partido en la guerra de Irak. 'Asumimos nuestra política porque creíamos que era lo mejor para los españoles', afirmó el vicepresidente, que respondió con un 'mire usted, reitero lo dicho' a la pregunta de si se sentía responsable por los más de 10.000 civiles muertos en Irak.

En una rueda de prensa atestada de periodistas, muchos de ellos internacionales, Rajoy dijo que se iban del poder 'tranquilos, con las cuentas claras, las manos limpias y orgullosos de la labor realizada'. El vicepresidente enfatizó los logros de su partido en materia económica. 'Nos hemos acercado en nueve puntos a los niveles de riqueza europeos y hemos creado empleo', aseguró Rajoy, que aconsejó al PSOE a seguir el modelo económico popular, basado según él en 'la bajada de impuestos para las personas y las empresas'.

El secretario general del Partido Popular abundó en el discurso de acercar posturas con el PSOE en cuestiones fundamentales para el país, como la lucha contra el terrorismo y en las decisiones de política internacional. 'Si nos necesitan, ahí estaremos, y estaremos de forma incondicional', afirmó Rajoy, que aclaró que eso no significa una renuncia del ideario popular que han defendido durante estos ocho años en el poder. 'Haremos una oposición leal y responsable; nuestros votantes pueden estar tranquilos porque seguiremos defendiendo nuestro programa político'.

El Senado será de distinto color político

Las dos Cámaras tendrán en la legislatura que ahora comienza distinto color político, ya que tras las elecciones del domingo, el Partido Popular se mantiene como primera fuerza política en el Senado, aunque pierde la mayoría absoluta, en tanto que el partido mayoritario en el Congreso será el PSOE. En la elección de los 208 senadores, el PP ha conseguido 102 escaños, a falta de escrutar el 0,1%, mientras el PSOE se sitúa con 81. La Entesa Catalana de Progrés (PSC-ERC-ICV-EUA) pasa de ocho a doce senadores, en detrimento de CiU, que pierde esos cuatro parlamentarios y se queda con cuatro.Además de los senadores elegidos en las urnas, la Cámara Alta está formada por otros 51 parlamentarios que son designados por las Asambleas de cada comunidad autónoma en función de su población y se renuevan cada vez que tienen lugar elecciones autonómicas. La suma de esos 51 senadores da lugar a una cámara con 259 escaños, donde la mayoría absoluta se sitúa en 130. De esta forma, aunque el PP pactara con otros grupos para lograr ese número, debería hacerlo con los mismos grupos a los que puede que tenga que acudir Zapatero en el Congreso, es decir, CiU o los integrantes de Coalición Canaria. Además, la convalidación definitiva de cualquier ley debe ser siempre avalada por el Congreso, por lo que el bloqueo en el Senado no sería efectivo.

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