'En el vagón no dejaban de sonar los móviles de los muertos'
Los testimonios de heridos, viajeros, bomberos, policías, personal sanitario, vecinos y otras personas que vivieron la tragedia en los lugares donde explotaron ayer las bombas recogen la impresión y el dolor provocado por el mayor atentado sufrido en la historia de España.
No paraban de sonar los móviles de los muertos', recordaba una enfermera que acudió a la estación de El Pozo a prestar ayuda. 'Pude ver incluso algún cadáver encima del tejado de la estación, había mucha confusión, restos de ropas y muchos cuerpos que serán difíciles de identificar', relataba a la agencia Efe esta mujer, empleada en la Residencia Madrid Sur, situada a apenas 200 metros de la estación.
Las escenas vividas en los lugares de los atentados -en distintos puntos de la línea Madrid-Guadalajara- provocados por la explosión de 12 bombas colocadas en vagones de cuatro trenes de cercanías fueron presenciadas por centenares de personas que a esas horas, entre las siete y media y las ocho de la mañana, se disponían a desplazarse hacia sus trabajos. La mayoría hizo lo posible por ayudar a los servicios sanitarios y apoyar a los heridos.
El temor a que explotaran nuevas bombas incrementó el caos vivido en las estaciones de tren. En la de Atocha, viandantes y personal sanitario se introdujeron en la estación para prestar ayuda a los heridos.
Pero fueron evacuados ante la posibilidad de que explotaran más artefactos. 'La gente salía de la estación horrorizada, pero, tras la segunda explosión..., los que se habían metido para ayudar han tenido que salir y dejar ahí a los heridos', recordaba un empleado de limpieza de la estación.
En la calle Téllez, frente al lugar donde cuatro bombas destrozaron un convoy de cercanías, 'veías a gente que había estado en los trenes que habían explotado y algunos salían con sus maletas, chaquetas y corbatas como si no hubiera pasado nada, creo que estaban muy conmocionados y que no se enteraban de lo que estaba pasando', señala una vecina de la zona.
En la estación de El Pozo, en el distrito de Puente de Vallecas, los primeros auxilios provinieron también de los propios viajeros del tren y de los que viajaban en otro que circulaba en sentido contrario. 'Utilizamos los bancos de la estación como camillas, sacamos a la gente por las vallas', recordaba un testigo.
Testigos de la tragedia
El Pozo Luis Miguel, estudiante'Me dijeron: deja a ese, que ya está muerto'Luis Miguel iba en un tren en dirección contraria al que explosionó en El Pozo. 'El tren se paró y desde megafonía dijeron que había una avería, pero nada de atentado', cuenta. Se abrieron las puertas. 'Corrí hacia la estación. Cogimos los asientos de la estación como camillas, cuando fui a ayudar a una persona, alguien me dijo, no a ése déjalo, ya está muerto'.Santa Eugenia Testigo 'No oí nada, pero el vagón se llenó de humo'Una de las personas que viajaba en el vagón contiguo al que explotó en Santa Eugenia aseguraba ayer una y otra vez que no escuchó la explosión. 'No oí nada, pero el vagón de al lado se llenó de humo de repente'. Un policía presente explicó que el hecho de que este viajero no escuchara la explosión pudo ser un efecto de la onda expansiva. El estruendo sí despertó a los vecinos.El Pozo Lourdes Costada 'Mi hijo estaba en la estación y no sé nada de él'Lourdes enseña una foto de su hijo, Gustavo Lima, de 22 años. 'Mi hijo estaba en la estación para ir a trabajar'. Lourdes lo da por muerto. 'Llevo llamando toda la mañana a su móvil y no da señal, no sé nada de él, me temo lo peor', dice entre lágrimas. 'Los teléfonos de emergencia están colapsados', añade. Gustavo había llegado de Ecuador hacía un año.Hospital 12 Octubre Manuel Paz, médico 'Llevo trabajando 28 horas seguidas'Terminaba su turno cuando empezaron a llegar los heridos. Llevaba 28 horas trabajando. La mayoría de los enfermos fueron tratados de traumatismos torácicos, fracturas de extremidades y ansiedad. 'Hubo escenas de muchos nervios, sobre todo por los heridos por metralla. Nunca he visto nada así en cinco años que llevo en Urgencias'.El Pozo J. Redondo, Jefe de bomberos 'Parecía el andén de la muerte'Jesús Redondo, jefe de bomberos del Ayuntamiento de Madrid, vivió ayer el peor día de su dilatada carrera. La estación de El Pozo, a la que acudió para prestar ayuda, parecía 'el andén de la muerte, parecía una imagen de guerra, hemos tenido que rastrear la zona en busca de rastros humanos, la carnicería ha sido brutal, no lo olvidaremos nunca'.Atocha Vecino 'Tiraban mantas por la ventana'Un hombre de la calle Atocha que se trasladó a la estación tras oír las explosiones señalaba que los vecinos se asomaban a las ventanas y 'tiraban mantas para tapar a los heridos y poder transportarles, preguntaban qué se necesitaba'. A medio kilómetro de la estación se improvisó un hospital de campaña en un polideportivo donde se atendieron al menos a 250 personas.