'Antes nos mataban por manifestarnos, ahora nos matan al ir a trabajar'
El terrorismo desangró ayer el corazón obrero de Madrid. Varias de las bombas colocadas por los terroristas tuvieron como objetivo dos de los barrios más humildes de la capital. Puente de Vallecas, distrito que alberga el Pozo del Tío Raimundo, al sur de Madrid, soporta una tasa de desempleo del 7,86%, un punto porcentual por encima de la media de la comunidad.
El 7,88% de los habitantes de Villa de Vallecas, el distrito donde está ubicada la estación de Santa Eugenia, no tiene trabajo. 'Antes nos mataban por manifestarnos, ahora nos matan por ir a trabajar', aseguraba ayer a Cinco Días María, una vecina del barrio donde tradicionalmente ha triunfado la izquierda. 'Quieren meternos miedo para que no vayamos a votar, pero no lo van a lograr'. María insistía en 'permanecer unidos' y en preparar comida 'para el que quiera del barrio'.
El Pozo fue el primer foco de chabolas de la ciudad. Pronto tuvo réplicas en las inmediaciones, como La Celsa, donde drogas y prostitución fueron importantes medios de supervivencia. Las chabolas han sido sustituidas por viviendas de protección oficial. Un 2,9% de la población del distrito sigue siendo analfabeta. El instituto, el colegio, la guardería, la parroquia y un centro social para gitanos pegados a la estación se convirtieron ayer en improvisados centros para albergar cadáveres y atender a los heridos.