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Masacre en Madrid

La matanza de Madrid conmociona al mundo

Madrid despertó ayer casi sin respiración ante la matanza terrorista más sangrienta y de mayor alcance sufrida por una capital europea. Sólo la voladura de las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, con cerca de 3.000 muertos; el atentado contra la discoteca de Bali (191 víctimas mortales en 2002), o el avión que explotó cuando sobrevolaba en 1988 la localidad escocesa de Lockerbie (más de 200 muertos) pueden servir de referente al drama vivido en la capital de España, que arroja un saldo provisional, según cifras oficiales, de casi 200 muertos y casi 1.500 personas heridas.

Madrid despertó ayer casi sin respiración ante la matanza terrorista más sangrienta y de mayor alcance sufrida por una capital europea. Sólo la voladura de las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, con cerca de 3.000 muertos; el atentado contra la discoteca de Bali (191 víctimas mortales en 2002), o el avión que explotó cuando sobrevolaba en 1988 la localidad escocesa de Lockerbie (más de 200 muertos) pueden servir de referente al drama vivido en la capital de España, que arroja un saldo provisional, según cifras oficiales, de casi 200 muertos y casi 1.500 personas heridas.

ETA, sumida según el Gobierno en el periodo más débil de sus cuatro décadas de trayectoria, figura en una de las líneas de investigación del Ministerio del Interior, según precisó Ángel Acebes, aunque no se descarta la participación del terrorismo islámico. De hecho, una carta enviada al periódico Al Quds Al Arabi, con sede en Londres, afirmó anoche que Al Qaeda cometió los atentados de Madrid. Esta misma misiva mantiene que tras estas acciones terroristas están los mismos grupos que atentaron el 11-S en EE UU, según informaron anoche las cadenas y agencias de televisión británicas.

Una furgoneta presuntamente abandonada por los terroristas, encontrada en Alcalá de Henares y robada en Madrid, contenía en su interior una cinta con versículos del Corán. El Gobierno estadounidense confirmó que investiga la participación de Al Qaeda en la acción criminal.

La masacre, en la que fueron utilizados casi 100 kilos de explosivo, semiparalizó la actividad madrileña

La policía encontró en Alcalá de Henares una furgoneta robada con detonadores dentro y una cinta coránica

Esta tarde están convocadas manifestaciones en toda España

La masacre se produce a sólo tres días de que los españoles elijan en las urnas a sus representantes de la séptima legislatura. Consecuencias inmediatas: enorme conmoción política e institucional en el interior de España, con la declaración de tres días de luto nacional, respuesta unitaria de los principales partidos para plantar cara al desafío terrorista y comunicados de condena procedentes de los cuatro continentes ante un drama sin apenas precedentes en Europa.

El Rey dirigió anoche al país un discurso televisado, precedido de intervenciones institucionales de los principales líderes políticos. En todas ellas, el mismo hilo conductor: decisión de dejar en suspenso la campaña electoral, compromiso de no acentuar las diferencias que hayan podido surgir en la lucha contra el terrorismo, defensa de la Constitución y de la firmeza democrática frente al terror.

El presidente del Gobierno, que se mantuvo toda la jornada en contacto con el Rey, recibió el respaldo del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, en cuantas medidas se tomen desde el Ejecutivo para garantizar la seguridad de los ciudadanos. José María Aznar descartó en su declaración institucional cualquier posibilidad de dialogar con los terroristas. 'No hay negociación posible ni deseable con estos asesinos', afirmó.

La respuesta unitaria de las fuerzas políticas se dejará notar esta tarde en las calles de toda España en las manifestaciones de repulsa convocadas por partidos y instituciones. El Parlamento Europeo declaró el 11 de marzo 'Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo', sumándose a las muestras de consternación generadas en los distintos foros internacionales.

Alrededor de 900.000 trabajadores y estudiantes utilizan cada día la línea de cercanías C-2 que une Guadalajara con Madrid, en la que los asesinos sembraron la muerte. Quienes ayer lo hicieron a primera hora de la mañana sufrieron de lleno la tragedia. Los terroristas colocaron en cuatro trenes que circulan por el corredor del Henares numerosas mochilas cargadas cada una con cerca de 15 kilos de dinamita y nitroglicerina. Trece de ellas explotaron y otras tres fueron desactivadas por la policía mediante procedimiento controlado.

La primera deflagración se registró en la estación de Atocha en el tren 17305, que había salido de Guadalajara a las siete menos cuarto de la mañana con destino a la estación de Chamartín. Decenas de cadáveres y de heridos quedaron atrapados en el vagón después de hacer explosión tres de las cuatro mochilas colocadas por los terroristas. Dos fueron situadas en el centro del convoy, una en la cola y otra en la cabecera. Esta última no llegó a explotar. Según difundió anoche la Cadena SER, citando fuentes de la lucha antiterrorista, en el vagón viajaba un terrorista suicida, extremo que fue desmentido por Interior.

Minutos después, quedaba reventado por nuevas explosiones otro convoy que circulaba por la vía férrea que discurre paralela a la calle Téllez, a unos 800 metros de la estación de Atocha, que procedía de Alcalá de Henares. La policía cree que los asesinos intentaron volarlo también dentro de la estación de Atocha para provocar mayores destrozos, pero no les fue posible hacerlo porque viajaba con dos minutos de retraso.

El tercer tren de la muerte salió de Alcalá de Henares a las siete y diez de la mañana con destino a Alcobendas. Uno de sus convoyes reventó al entrar en la estación de El Pozo, barrio humilde situado en el sur de Madrid. La tragedia se cebó también con los viajeros de un cuarto tren que había salido de Alcalá de Henares con destino a la estación de Príncipe Pío. En esta ocasión la deflagración sucedió en la estación de Santa Eugenia, población situada en el sudeste de Madrid.

La masacre, en la que fueron utilizados cerca de 100 kilos de explosivo, colapsó el centro de la capital y los puntos más afectados de la periferia debido al alto volumen de circulación que se registraba en hora punta, y al gran número de coches policiales y ambulancias que fueron movilizados para atender a los heridos. Los servicios de urgencias de los principales hospitales se vieron desbordados, mientras en diversos puntos de la ciudad se instalaron hospitales de campaña y unidades móviles para la recogida de sangre. Numerosos centros hospitalarios de diversas comunidades autónomas colaboraron también en el envío de plasma a Madrid. Los muertos fueron trasladados en su mayoría a los pabellones que tiene el Ifema junto a la carretera Nacional II. En algunos casos su identificación no fue posible hasta media tarde.

La matanza coincidió con el penúltimo día de la campaña electoral, que todos los partidos dieron ayer por clausurada. En medio de un clima de gran consternación, José María Aznar suspendió un desplazamiento que tenía previsto a Valladolid. Mariano Rajoy declinó viajar a San Sebastián y Sevilla y José Luis Rodríguez Zapatero suspendió también su desplazamiento a Barcelona.

Desconcierto sobre la autoría

Durante buena parte de la jornada se especuló con la autoría de la masacre. Pese a que el ministro Acebes apuntó directamente a ETA en su primera comparecencia oficial, la posibilidad de intervención del terrorismo islámico en la matanza ganó terreno al encontrarse en Madrid una furgoneta presuntamente empleada por los asesinos con una cinta en su interior que contenía versículos del Corán. El vehículo había sido robado en Alcalá de Henares el pasado 27 de febrero. Las especulaciones en torno a la autoría del atentado influyeron en la caída de las Bolsas. No cuadran algunos datos con las costumbres de ETA, como, por ejemplo, el no haberse recibido por anticipado aviso telefónico sobre la colocación de los explosivos, algo a lo que Interior no concedió en un principio excesiva importancia.

Acebes, en su intervención inicial, no dudó en adjudicar la matanza a ETA y calificó de 'intoxicaciones' las declaraciones del ex portavoz de Batasuna Arnaldo Otegi en las que negó la participación de la banda y expresó la condena de la 'izquierda abertzale'.

Los controles establecidos por la policía en las carreteras de salida de Madrid no dieron sus frutos. Las primeras sospechas apuntan a dos jóvenes que subieron y bajaron de varios trenes en la estación de Alcalá de Henares, cuya identificación se intenta verificar mediante testigos presenciales.

La matanza llega después de dos intentos próximos en el tiempo de sembrar el terror de forma indiscriminada. Consta, en primer lugar, el atentado que ETA quiso perpetrar el pasado 24 de diciembre en la estación de Chamartín, sirviéndose de 50 kilos de explosivo colocados en el tren Intercity que cubre el trayecto de Irún-Madrid.

El comando etarra repartió la carga en dos mochilas con los temporizadores activados para las cuatro de la tarde del día de Nochebuena. La policía detuvo el tren en Burgos.

El pasado 1 de marzo, la banda intentó desplazar de nuevo a Madrid una furgoneta cargada con 536 kilos de explosivo repartidos en sacos, junto a 90 metros de cordón detonante.

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