César Cánovas gana el trofeo al mejor sumiller de España
El catalán César Cánovas, sumiller del restaurante barcelonés Racó d'en Ces, se ha alzado por segunda ocasión con el Trofeo Ruinart al mejor sumiller de España 2003. En la edición anterior, la de 2001, también resultó ganador. El torneo, de carácter bianual se celebra en nuestro país desde 1988.
Al certamen, patrocinado por la conocida marca de champán Ruinart, han comparecido 13 sumilleres representantes de otras tantas comunidades autónomas, que tuvieron que pasar una preselección regional. Superada ésta, accedieron a la final, sometiéndose a un exigente examen teórico-práctico del jurado presidido por Giuseppe Vaccarini, Presidente de la Asociación Internacional de Sumillería, y Juan Muñoz, Presidente de la Unión de Asociaciones Españolas de Sumilleres.
Conocimientos de viticultura y enología, decantación y servicio de un vino, maridajes, elaboración de cartas de vinos, catas a ciegas o servicio de puros, fueron alguna de las distintas pruebas que tuvieron que aprobar los concursantes. Al final, el ganador resultó César Cánovas, seguido de Andrés Conde (del restaurante Bodega Cigaleña, Santander) y Jesús González (del Bodegón de Teatinos, Oviedo). César -un joven catalán de 32 años- ejerce su profesión en el restaurante familiar desde 1998.
Formado en la Escuela de Restauración de Barcelona, reivindica 'el trabajo en la sala, en un momento en que los chefs copan los medios de comunicación'. Señala que en los vinos 'hay que ser internacionalista, buscar la tipicidad, el terruño, como hacen los franceses', y se lamenta de que se acuse a los restaurante del alto precio de los vinos 'del que también son culpables los distribuidores y las propias bodegas'.
Como representante español, Cánovas asistirá a la edición del Trofeo Ruinart del mejor sumiller de Europa los días 5 y 6 de junio de este año en la Casa Ruinart en Reims, Francia.
Nueva etapa para un clásico de las cenas y el flamenco
El Corral de la Morería (Morería, 17. Madrid. Tel.: 913 658 446) emprende una nueva etapa, ahora que está a sólo dos años de cumplir sus bodas de plata. Cuando su propietario, Manuel del Rey, lo inauguró en 1956 con la bailaora Pastora Imperio como cabeza de cartel, se inició una etapa que convertiría el tablao en un referente del flamenco.Pero en estos 50 años han cambiado muchas cosas, también el gusto y las preferencias culinarias de clientes (desde los Rolling Stones a U2, pasando por Richard Gere, Demi Moore o Sting) que a lo largo de este tiempo se han dejado caer por este local, toda una institución en Madrid.La renovación gastronómica viene de la mano de un joven cocinero, Mario Pascual, que ha pasado por restaurantes como La Gastroteca de Stephane y Arturo (hoy desaparecida), Barlovento o El Cenador de Salvador.La carta aboga por platos tradicionales de la cocina española, vestidos de cierta modernidad.Por eso, de domingo a miércoles es posible cenar y asistir al espectáculo eligiendo entre distintos menús (entre 75 y 115 euros, con vinos), entre ellos el de degustación, que contempla selección de ibéricos de Sánchez Romero Carvajal, unos buenos espárragos navarros, trío de cremas frías andaluzas, lomo de merluza con compota de piquillo -o bien cordero a la miel- y la selección de postres españoles.