El BCE no se mueve

Jean-Claude Trichet no cedió a las presiones. El canciller alemán, Gerhard Schröder, y el primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, habían hecho un llamamiento expreso para que el BCE bajase los tipos de interés. Ejecutivos de la talla de Bernard Arnault, presidente del gigante del lujo LVMH Moët Hennessy Louis Vuitton, se han quejado reiteradamente de los daños sufridos por la fortaleza del euro. Y un número creciente de economistas apoya un recorte de tipos que permita impulsar la actividad de las potencias europeas y, de paso, moderar la efervescencia de la divisa. Pero las presiones no surtieron efecto. O quizá sirvieron, precisamente, para reafirmar la decisión del banco de que los tipos están 'en el nivel adecuado'. Trichet aprovechó su intervención para dejar claro que está dispuesto a escuchar opiniones ajenas al banco, pero defenderá a rajatabla su estatus de independencia. Además, el euro ha cedido más de un 5% frente al dólar en las últimas semanas sin necesidad de cambio en la política monetaria. Puede que las palabras pausadas y los silencios de Trichet resulten más efectivos que los mensajes confusos de su antecesor.