Luz sobre la autocartera
La iniciativa de la Comisión Nacional del Mercado de Valores de hacer públicos los datos del registro de autocartera que aportan las empresas no puede merecer más que aplausos. Es un paso claro en favor de la transparencia en una materia delicada en la que la luz y los taquígrafos son los mejores enemigos del fraude. Sin embargo, un registro debe ser fiable y la obligación de comunicar sólo a saltos del 1% del capital hace que éste nazca ya con significativos desfases frente a la realidad declarada por las propias empresas, un problema que aqueja también al registro de participaciones significativas. Además, la normativa en materia de autocartera sigue siendo muy laxa ante un tipo de operación que puede generar problemas en la formación de los precios y en casos extremos plantear un conflicto de intereses con el resto de los accionistas de la empresa. En todo caso, la decisión de la CNMV puesta en práctica ayer es un paso en la buena dirección.