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Localización por satélite

La UE logra el 'visto bueno' de EE UU para el proyecto Galileo

El sistema de localización global por satélite Galileo, el proyecto tecnológico europeo que pretende romper con tres décadas de monopolio del GPS estadounidense, ha superado hoy uno de los últimos obstáculos en su accidentado camino.

La Comisión Europea ha llegado a un principio de acuerdo con el Gobierno de Estados Unidos para que ambos sistemas puedan coexistir e incluso cooperar, con lo que parece vencerse la fuerte irritación que el proyecto europeo había provocado en Washington.

¢Las delegación [de la UE y EE UU] han podido llegar a un acuerdo en la mayoría de los puntos de cooperación entre el GPS y Galileo¢, ha anunciado hoy mediante un comunicado oficial la Comisión Europea. El acuerdo, que se firmará ¢cuanto antes¢, según fuentes de la UE, deberá permitir la coexistencia de ambos sistemas para que funcionen conjuntamente sin producirse interferencias, que era el principal miedo de Washington.

Servicios básicos gratuitos

La UE dio luz verde al proyecto Galileo en marzo de 2002, cuando los ministros de Transportes decidieron tras más de año y medio de intensas discusiones respaldar financieramente su desarrollo. Una constelación de 30 satélites ofrecerá a los usuarios de todo el mundo una amplísima gama de servicios civiles y militares, que van desde la localización geográfica con una precisión espectacular hasta el suministro de servicios de telefonía digital UMTS. Se trata de la iniciativa tecnológica más ambiciosa de las llevadas a cabo hasta ahora en Europa, comparable al consorcio Airbus y a la Agencia Espacial Europea (ESA).

Está previsto que los primeros satélites se lancen en 2005, y el sistema será operativo desde el punto de vista comercial en 2008. La inversión, con participación privada, ascenderá a 3.250 millones de euros, se crearán 150.000 empleos y los ingresos para la industria aeroespacial europea llegarán a 17.700 millones de euros anuales. Los servicios básicos del sistema europeo serán gratuitos, equivalentes a los que hoy da el GPS, mientras que el uso comercial y profesional será de pago al recibir el usuario prestaciones mayores de precisión y una garantía en la continuidad de la señal.

Temor a interferencias

Europa romperá así con el monopolio en el espacio del GPS de EE UU, lo que no ha hecho mucha gracia al Gobierno de ese país, que ha reiterado varias veces su preocupación porque la red europea pueda interferir en el GPS. ¢Esperamos que los aliados europeos no propongan un sistema que degrade o interfiera las señales, civiles o militares, de nuestro sistema actual¢, indicó Richard Boucher, portavoz del departamento, aquel mes de marzo de 2002.

El Pentágono estaba especialmente preocupado además por el impacto del proyecto en las operaciones de la OTAN, puesto que podría interferir en el futuro código militar reservado del GPS. Washington se negó durante mucho tiempo a ni tan siquiera negociar con la Comisión Europa sobre el posible uso militar de la banda reservada de Galileo.

El sistema de localización global por satélite Galileo, el proyecto tecnológico europeo que pretende romper con tres décadas de monopolio del GPS, vuelve a pasar por serios apuros que pueden hacer abortar su lanzamiento. La negociación en la Agencia Espacial Europea (ESA) vuelve a estar bloqueada cuando todo parecía resuelto. España se niega a aceptar los términos del reciente pacto alcanzado entre Alemania e Italia, con el respaldo de Francia y Reino Unido, sobre la participación en Galileo Industries, la empresa que gestionará el desarrollo industrial del sistema.

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