Avánzit sigue los dictados de la CNMV y reformula sus cuentas de 2002 y 2003
Avánzit está dispuesta a seguir todas las recomendaciones de la CNMV con tal de no ser excluida de Bolsa. La compañía tecnológica y audiovisual que acaba de salir de la suspensión de pagos presentó ayer al organismo regulador de los mercados unas nuevas cuentas de 2002 que, ahora sí, tienen el respaldo de los actuales gestores, que han tardado casi un año en hacerlas suyas.
Este movimiento lleva aparejada la reformulación también de las cuentas acumuladas hasta el tercer trimestre del año pasado. La razón es que los cambios de 2002 tienen su efecto en todos los estados contables posteriores.
Con esta modificación, Avánzit da respuesta a una de las incertidumbres que esgrimió la CNMV cuando inició el proceso para excluir a la compañía tecnológica de Bolsa. Y lo hace justo en el momento en que la comisión está estudiando sus alegaciones para ver si el expediente se transforma en una expulsión definitiva o la medida anunciada tiene marcha atrás.
Con las nuevas cuentas en la mano, las pérdidas de Avánzit en 2002 se amplían. La empresa, tal y como exigieron los auditores en su momento, ha limpiado la práctica totalidad del fondo de comercio, lo que supone casi 147 millones de euros adicionales a los números rojos.
Pero hay una contrapartida positiva. Esta limpieza de activos intangibles genera un crédito fiscal de 97,9 millones, que reduce las pérdidas.
Suben las pérdidas
El resultado de uno y otro reajuste es un crecimiento de los números rojos de Avánzit en 2002 del 12,6%, hasta los 407,5 millones.
Estos cambios tienen el efecto contrario en las cuentas del tercer trimestre de 2003. Las pérdidas se reducen de 15 millones a 8,9 millones de euros, que es lo que se ahorra Avánzit al no tener que amortizar fondo de comercio.
En un intento de ir más allá y convencer a la CNMV de la bondad de sus cuentas, Avánzit también adelanta el efecto del levantamiento de la suspensión de pagos en sus finanzas. El pasivo concursal del grupo se reduce de 215 millones a 75 millones, mientras que los fondos propios se elevan hasta 99 millones. Tras las distintas operaciones, el derecho de capitalización de los acreedores asciende a 61 millones.