El Gobierno chino pagará el primer salario mínimo interprofesional de su historia a partir de marzo
Los trabajadores chinos tendrán derecho a cobrar un salario mínimo por el trabajo que realicen a partir del próximo 1 de marzo. Es la fecha elegida por el ministerio de Trabajo y Seguridad Social para la entrada en vigor del primer texto regulador sobre salario mínimo interprofesional (SMI) de la historia del país asiático. El reglamento contempla dos tipos de SMI, según sea el tipo de contrato del trabajador. Así, se establecen dos categorías: mensual y por horas, dependiendo de que se trate de un trabajador fijo o eventual. Pero también se tendrá en cuenta la tipología de cada región del país.
En este sentido, la asignación mensual tendrá en cuenta factores como el coste de la vida en esa área geográfica, la media salarial, el precio de una hipoteca, el mercado laboral, el desarrollo económico y el número de beneficiarios de la seguridad social. El salario mínimo eventual considerará además la paga media por horas, las condiciones de trabajo, compensaciones en caso de despido, contraprestaciones sociales y existencia de pensión o seguro médico de la población en la que el trabajo se desarrolle.
En el nuevo reglamento también se contemplan sanciones por su no cumplimiento. Los empresarios que no paguen el mínimo a sus empleados deberán rendir cuentas ante los departamentos laborales provinciales, compensar al trabajador por los atrasos y pagar una multa.
A lo largo de los últimos años, en los que la apertura al exterior ha llevado al país asiático a incorporarse a la OMC, la renta per cápita nacional se ha multiplicado por siete, a un ritmo anual del 8%. En 2003 superó por vez primera la barrera de los 1.000 dólares al elevarse hasta los 1.090 de media. Pero las disparidades se mantienen: los residentes de Shangai disfrutan de un promedio de 5.000 dólares anuales, mientras los de Pekín disponen de 3.000. En el tramo más bajo se encuentran los 900 millones de campesinos, cuyos ingresos medios se anclaron en los 316 dólares. En la Región Autónoma del Tíbet la renta per cápita asciende a 157 dólares, lo que significa que el 49% de la población de este territorio de casi 3 millones de habitantes vive por debajo del umbral de la pobreza.