El derecho de los minoritarios
El BBVA cubrió ayer en un abrir y cerrar de ojos, y con una importante sobredemanda, la ampliación de capital de 2.000 millones de euros destinada a financiar parte de la opa lanzada por el 40,6% que aún no controla del primer banco mexicano, Bancomer. Esta colocación, sin embargo, ha vuelto a dejar fuera de juego al millón largo de pequeños accionistas del segundo grupo bancario español, dado que se ha destinado única y exclusivamente a inversores institucionales. Por desgracia para los pequeños inversores, la eliminación del derecho de suscripción preferente de los accionistas se ha hecho práctica habitual en los últimos años.
En esta ocasión, el BBVA ha esgrimido que la ampliación de 2.000 millones debía cerrarse cuanto antes, con el fin de agilizar la opa sobre Bancomer y evitar especulaciones sobre el título. Hacer una ampliación de capital por la vía tradicional, derecho de suscripción preferente incluido, hubiera dilatado la consecución del objetivo final. De acuerdo. Pero tal vez esta argumentación se podría haber hecho más explícita y detallada en la información remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). E incluso, haber preparado una explicación, con detalles como las ventajas que reportará la compra total de Bancomer al grupo, personalizada o dirigida a los titulares de las acciones que hoy se están preguntando por qué se han quedado fuera de una transacción que les podría haber interesado.
Hubiera sido una muestra más del esfuerzo por aumentar la transparencia que está llevando a cabo el BBVA. Y que ayer tuvo un nuevo capítulo con el anuncio de los sueldos que cobraron el año pasado su presidente, Francisco González, y su consejero delegado, José Ignacio Goirigolzarri: 3,85 millones y 3,08 millones, respectivamente.