La economía gira hacia el equilibrio
La economía española creció en 2003 un 2,4%, cuatro décimas más que en 2002 y algo más de lo previsto por el Gobierno (2,3%). El dato supone encadenar diez años consecutivos de avance y escapar a la severa crisis internacional de los tres últimos ejercicios. La caída de la demanda externa ha obligado a la economía española a refugiarse en la actividad interna, espoleada por la fuerte bajada de los tipos de interés, aparejados al euro. Todo ello ha generado inercia suficiente como para enlazar con el nuevo ciclo alcista iniciado hace dos trimestres.
Ya en el último tramo de 2003 se ha detectado, a juzgar por el informe elaborado por el Banco de España, un ligero efecto sustitución en los componentes de la actividad. Aunque el consumo privado sigue siendo el auténtico pulmón, rescatan protagonismo la inversión en equipamiento, lastrada por la escasez de demanda exterior, y las exportaciones, como señal de lo que puede ser el comportamiento del PIB en 2004.
Pero este pequeño giro, que supone un reequilibrio del modelo de crecimiento, tiene aún que confirmarse. El Banco de España señala algunos aspectos que pueden haber deteriorado la relación de la producción con el mercado, especialmente en el exterior, y pondrán en riesgo el avance continuado del producto si no se corrigen a tiempo. El incremento de los costes laborales unitarios, así como de márgenes empresariales, y el escaso recorrido de la productividad, junto con una consolidación de la apreciación de la divisa pueden pasar factura en los mercados exteriores, que miden la competitividad de los productos y servicios españoles. La otra alerta que da el Banco de España es sobre los riesgos del alto endeudamiento de los hogares, si bien admite que su financiación es asumible. Son incógnitas a despejar para seguir creciendo.