Auna invierte 350 millones en cable en Madrid y Barcelona
El segundo operador español de telecomunicaciones, Auna, ha decidido convertir el ejercicio que comienza en el de las comunicaciones por cable. Su primer ejecutivo, Joan David Grimá, así lo anunció en un reciente encuentro al que asistieron importantes personalidades del sector y de la vida política.
Grimá fue bastante explícito en ese encuentro. Cuantificó en 350 millones el dinero previsto para dar el impulso definitivo a lo que se ha convertido en el valor más sólido de la empresa en el negocio de la telefonía fija.
Esta cantidad se suma a los 4.200 millones que la operadora ha gastado en redes de cable y a los 8.750 que ha invertido en todas las redes de telecomunicaciones desde su creación.
El vicepresidente y consejero delegado de Auna justificó esta inversión porque 'el desarrollo de la infraestructura propia es un componente prioritario de nuestra estrategia'.
La apuesta de Grimá se realiza a favor de corriente, justo en los días en que el número de usuarios del cable en España va a alcanzar la cifra de dos millones.
Fuentes del sector han señalado que Auna tiene previsto dedicar la práctica totalidad de esta cantidad a completar las redes de cable que tiene desplegadas en Madrid y en Barcelona.
La estrategia de concentrar las inversiones en la consolidación de sus infraestructuras en las dos principales ciudades españolas se justifica tanto por razones operativas como de imagen.
Baja cuota de mercado
Los distintos operadores de cable agrupados en Auna, Ono y AOC, han logrado importantes cuotas de negocio frente a Telefónica en buena parte de las demarcaciones en las que actúan. Las dos únicas excepciones son precisamente Madrid y Barcelona, donde han conseguido arrancar al operador dominante menos del 10% del mercado.
Este hecho, según las fuentes citadas, se ha convertido en un lastre para el desarrollo de la imagen del cable como alternativa real a las comunicaciones fijas de Telefónica. Y precisamente ambas demarcaciones son responsabilidad de Auna.
Las redes de cable de las dos ciudades españolas más pobladas comenzaron a ser tendidas hace cuatro años, en plena euforia del sector. Las obras se realizaron aprovechando las licencias de enterramiento en las calles de la ciudad de otros servicios. Cuando las telecomunicaciones entraron en crisis y la inversión se frenó en seco, las redes de cable en estas ciudades contaban con muchos kilómetros, pero carecían de la interconexión necesaria y se convirtieron en auténticas islas.
El plan de inversión para 2004 tiene como principal objetivo interconectar sólidamente las partes de la red y también acometer la finalización de las verticales para multiplicar el número de hogares que pueden ser conectados realmente a los servicios de cable de Auna.
Telefonía indirecta, a segundo plano
1 Auna mantiene sus posiciones en el negocio de la telefonía indirecta, que presta con el prefijo 1050. No obstante, la compañía sabe que esta es una línea de negocio que está a la baja y que sólo se mantiene gracias a la fórmula conocida como preasignación, modalidad en la que la operadora cuenta con 900.000 clientes.2 Para mantener con vida el negocio de la telefonía indirecta Auna ha lanzado un nuevo terminal que incluye en su memoria el prefijo de la compañía 1050, de manera que el cliente no tiene que marcarlo para facturar con Auna. Este aparato está diseñado y fabricado por Siemens y tiene un precio en el mercado de 30 euros.3 Los operadores de cable vinculados a Auna van a desarrollar una estrategia para identificar sus servicios de internet como 'el mejor vehículo para acceder a la banda ancha'. Esta línea argumental pretende terminar con la idea que convierte al ADSL de Telefónica en único sinónimo de banda ancha.
Financiación con los propios recursos de la operadora
El segundo operador de telecomunicaciones, Auna, ha decidido financiar sus nuevas inversiones en red durante el próximo año por tres vías complementarias. La primera, mediante los recursos de caja que generen sus compañías y que a partir de los próximos meses serán positivos. La segunda, con la utilización de un crédito sindicado por 1.200 millones de euros que ya tenía concedido desde hace tres años, pero que ahora, el pasado mes de diciembre, ha sido renovado. La última línea de financiación vendrá por la utilización de los recursos que la Unión Europea ha puesto a disposición de los diferentes miembros para desarrollar los servicios de banda ancha.La idea inicial que barajó el grupo con el fin de obtener recursos para financiar sus inversiones en red se concretó en la negociación con el Instituto de Crédito Oficial (ICO) para conseguir un crédito por 500 millones de euros. Este dinero iba a ser dedicado en exclusiva al plan de la extensión del cable a largo plazo. Las condiciones, no obstante, eran tremendamente duras. Se exigía un sistema de certificaciones, de manera que la financiación sería librada a medida que la obra estuviera concluida. Este crédito fue desechado una vez que Joan David Grimá mostró a los accionistas los buenos números del grupo durante el ejercicio pasado en una reunión mantenida el pasado mes de diciembre. Como consecuencia de esta reunión, los propietarios han decidido normalizar el sistema de financiación de las empresas sin acudir otros recursos extraordinarios.