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Argentina

Kirchner dedica su segunda visita oficial a España a buscar inversiones

A pesar de que su jefe de gabinete promete que el presidente argentino no tratará en Madrid una subida de tarifas de servicios públicos, Buenos Aires ha promulgado hoy una Ley que habilita a los bancos a cobrar compensaciones por la devaluación. Es más posible que nunca que así se planteen las reuniones con las empresas españolas estos días: hablar de tarifas a cambio de escuchar la palabra "inversión".

Néstor Kirchner inicia hoy su segunda visita oficial a España desde que asumió el poder en mayo del año pasado. Durante cuatro días, se reunirá con autoridades y los responsables de las principales empresas españolas con intereses en el país andino, para afianzar relaciones económicas y atraer más inversiones. Según cifras divulgadas hoy, las inversiones españolas en Argentina han sufrido una importante caída durante los primeros seis meses de 2003: la cifra, de 383 millones, es un 60% menor que la de un año antes.

La visita se enmarca, no obstante, en medio de la inconclusa negociación por las tarifas. Según aseguró ayer su jefe de gabinete, Alberto Fernández, en declaraciones recogidas por Europa Press, el mandatario no admitirá una subida para los servicios públicos, pese a las reiteradas exigencias de las compañías concesionarias, varias de capital español, que han denunciado pérdidas millonarias por la devaluación del peso argentino. Aun así, la prensa local no presiente que éste vaya a ser tajante; Clarín cree que "dirá que está listo para hablar de tarifas si las empresas hablan de inversiones" y La Nación reconoce que Kirchner viaja esta vez con voluntad conciliadora.

Poco después de asumir la presidencia, anunció una revisión en detalle de los contratos de privatización firmados en los noventa antes de autorizar un cambio en el cuadro tarifario, congelado por ley en enero de 2002.

Estrechar lazos

Kirchner tiene previsto reunirse con el presidente del Gobierno, José María Aznar, y con los principales candidatos a la sucesión, Rajoy y Zapatero. Las citas empresariales arrancan hoy, con un encuentro con el director de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), José María Cuevas.

Mañana, dará audiencia al presidente de Repsol, Alfonso Cortina, mientras que el jueves recibirá a los de Telefónica y Endesa, César Alierta y Manuel Pizarro. El viernes se reunirá con los presidentes del SCH, Emilio Botín, y del BBVA, Francisco González. Con ellos tratará, sin duda, la promulgación hoy de una Ley que habilita a los bancos privados a cobrar hasta 800 millones de euros, en compensación por el impacto de la devaluación del peso.

En su primera visita a España, Kirchner mantuvo tensas negociaciones con un grupo de ejecutivos en la sede de la CEOE, donde dudó de la transparencia de algunas inversiones europeas en Argentina. Desde entonces, las relaciones con el empresariado español se han restablecido, en especial con Telefónica, Repsol y la banca, que han venido reiterando estos últimos meses la renovada apuesta por ese país. En cambio, mantiene fuertes diferencias con las privatizadas de electricidad, gas y suministro de agua, en las que tienen participación las españolas Endesa, Gas Natural y Aguas de Barcelona.

Las exportaciones a Argentina, por la senda de la recuperación

Las exportaciones españolas a Argentina crecieron un 18% durante los primeros diez meses de 2003, hasta alcanzar un valor de 299,4 millones, tras romperse la tendencia bajista que experimentaron en 2001 (cayeron un 21%) y en en 2002 (descendieron casi un 60%). Cataluña fue la comunidad autónoma que mayores ventas realizó, por valor de 138,6 millones. Según los datos de las Cámaras de Comercio, las importaciones de productos procedentes de ese país ascendieron a 1.194 millones en ese periodo, un 4,2% menos que en igual periodo del año anterior. De esta forma, la tendencia en las compras de productos argentinos por parte de empresas españolas es la contraria a laexperimentada en las exportaciones, ya que se pasó de uncrecimiento del 14% en 2001 a la reducción del 4% en 2003. La balanza comercial hispano-argentina arroja así un saldo negativo para España de casi 900 millones.

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