Mejores señales del turismo
Las cifras sobre el sector turístico ofrecidas ayer por el INE, con tener signos positivos, no dejan de ser un nuevo toque de atención de la principal actividad económica del país. Durante el pasado ejercicio aumentaron el número de turistas y las pernoctaciones y subieron los ingresos hoteleros, que recuperaron el resuello tras la caída de un año antes. La ocupación, sin embargo, disminuyó ligeramente -1,3%, hasta el 54,5%-; aunque el recorte se explica por el aumento de la oferta de plazas. Esto quiere decir que el sector sigue creciendo en oferta, mientras la demanda parece haber iniciado un repunte después de las dificultades de los últimos años.
El sector ha tenido que enfrentarse en los últimos tiempos a las dificultades de los grandes mercados emisores, como el Reino Unido y, sobre todo, Alemania. Si las señales de recuperación se confirman, será una buena noticia para España. Sin embargo, el sector sigue sin acometer mejoras especialmente notables para afrontar las enormes transformaciones de los mercados internacionales. La evolución y los cambios producidos después del 11-S obligan a las empresas y a la Administración a redoblar esfuerzos tanto en calidad como en imaginación.
Un día sí y otro también se conocen en España casos de deslocalización de empresas, que optan por producir en otros lugares para aprovechar condiciones mejores. Las bases de la primera industria española -y una de las tres primeras del mundo- han de ser sólidas para conservar y aumentar la demanda turística. Cierto es que el turismo interno es cada vez más estable, y no sólo el de playa, sino el de segmentos emergentes como el verde o el cultural. Pero el mercado interior no basta para estar en la cúpula mundial. Los planes que se den a conocer la próxima semana en Fitur serán un buen termómetro para medir la pujanza del sector.