El Eurogrupo se enfrenta de nuevo al comisario Solbes
Los ministros de Economía y Finanzas (Ecofin) de la Unión Europea dispensaron ayer una gélida acogida, rayana en el desprecio, a las propuestas de la Comisión Europea para flexibilizar el Pacto de Estabilidad. Ni siquiera los países como Francia o Alemania, que desde hace dos años no cumplen el pacto, consideran oportuna la reforma. 'No es el momento', señalaron la mayoría de los ministros, despechados quizá por la reciente decisión de Bruselas de impugnar ante el Tribunal de Justicia de la UE la congelación del pacto que acordaron el pasado 25 de noviembre.
El comisario de Economía, Pedro Solbes, había ofrecido la flexibilización del pacto como parte del plan para salir del limbo legal en que ha caído la coordinación presupuestaria tras la suspensión. Pero los ministros de Economía prefieren esperar a que el tribunal se pronuncie sobre el recurso presentado por Solbes. Ortodoxos (España) y herejes fiscales (Alemania) coinciden además, curiosamente, en que el pacto es, de momento, inmejorable. 'No tenemos interés en que se cambie el pacto y, además, no sería útil para su credibilidad', señaló el titular alemán, Hans Eichel. El secretario de Estado de Economía, Luis de Guindos, coincidía en que 'tal y como está redactado, es adecuado y ofrece ya suficiente flexibilidad'. El debate, por tanto, se aparca al menos hasta la próxima primavera.
Solbes ya propuso en noviembre de 2002 medidas para adaptar la interpretación del pacto a una coyuntura de debilidad económica. Pero no logró, como ha vuelto a ocurrir ahora, el respaldo de los ministros para llevar a cabo la reforma.
Los países más fuertes quieren esperar la sentencia al recurso
El comisario desea refinar la evaluación de la balanza fiscal de cada país para incluir aspectos cualitativos, como las previsiones de endeudamiento, el futuro impacto del envejecimiento de la población o la previsible tendencia del ciclo económico. Los ministros temen tanta subjetividad.
Cae la confianza en Alemania
Tal y como habían previsto los observadores, el índice de confianza de los inversores en la economía alemana elaborado por el Centro Europeo de Investigación Económica (ZEW) bajó en enero a 72,9 puntos, frente a los 73,4 de diciembre y 67,2 de noviembre. No obstante, estas cifras confirman que se mantiene un alto nivel de optimismo.El ZEW, que mensualmente pregunta a 310 expertos por las expectativas de inversión, aseguró que el optimismo reinante fue confirmado por los datos económicos y que pese a la fortaleza del euro, ha aumentado la cartera de pedidos industriales. El presidente del ZEW, Wolfgang Franz, explicó que para la buena evolución de la economía es decisivo que la competitividad de los productos no sea mermada a largo plazo por los precios, y que continúen las reformas, informa Paula Gil.En cuanto a la evolución de la confianza en la zona euro, el índice ganó 1,9 puntos, si bien el 59,9% de los encuestados aseguró que la situación actual es 'pobre'.