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Columna
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Balance laboral

Acabamos de finalizar un buen año para el empleo en general y para la Seguridad Social en particular. El pasado ejercicio 2003 cerró una década prodigiosa en lo que al empleo se refiere. El ciclo comenzó en 1994 y se ha prolongado ininterrumpidamente hasta la fecha, sin que tengamos visos de que vaya a cesar durante el próximo año.

Pero si comparamos el último ejercicio con los anteriores, comprobaremos que los ritmos de crecimiento de los parámetros laborales han disminuido sensiblemente. En efecto, desde el 5,5% que aumentaron los afiliados en 1999 se ha producido una progresiva desaceleración hasta llegar al 3% del 2002 y al 2,4% del reciente 2003. El sistema de Seguridad Social sigue mejorando con fortaleza, aunque a la mitad de velocidad de años atrás.

La nota negativa del balance de empleo la encontramos en el dato del paro registrado en las oficinas del instituto de empleo, que se incrementó por tercer año consecutivo, a pesar de que en el conjunto del ejercicio se creó un importante número de nuevos empleos. ¿Cómo es posible esta aparente paradoja? Pues por una sencilla razón: porque los demandantes de empleo crecieron más que el nuevo empleo creado. Desde 1994 hasta 2000 el desempleo registrado disminuyó sistemáticamente.

2004 será un año razonable para el empleo y la Seguridad Social, aunque los ritmos de crecimiento sigan cayendo

Por el contrario, tanto en 2001 como en 2002 y 2003, el desempleo se incrementó. Estaremos pendientes a la próxima EPA (encuesta de población activa), correspondiente al cuarto trimestre de 2003, para confirmar si se consolida esa tendencia de paro creciente que puede terminar afectando a nuestras cuentas públicas por aumento inesperado del gasto originado en las prestaciones de desempleo.

Otro aspecto negativo es el altísimo índice de temporalidad de nuestra contratación, que se ha elevado hasta el 92,1% del total de los contratos, lo que supone una disminución del porcentaje de contratación indefinida alcanzada años atrás. Aunque el balance del empleo ha sido positivo, no podremos cantar victoria hasta que esas dos notas negras hayan sido corregidas. Como en años anteriores, se ha vuelto a repetir una brusca caída en los afiliados a la Seguridad Social durante los últimos días de diciembre. Si en 2002 fueron 253.758 las personas que se dieron de baja, el pasado ejercicio esta cantidad se incrementó hasta los 305.000.

Todos conocemos los motivos de ese inesperado baile en las cifras, sus causas son bien sencillas. Ante la previsión de las fiestas navideñas, con sus correspondientes días festivos, algunas empresas -especialmente de la construcción- dan de baja a sus plantillas, a las que no vuelven a contratar hasta pasadas las Navidades. Se ahorran así los costos de la Seguridad Social. Aunque en algunos casos estas bajas pueden ser razonables y necesarias, no cabe ninguna duda de que un alto porcentaje de ellas se realizan forzando casi el fraude de ley.

La mayoría de los trabajadores temporales de la construcción trabajan bajo la modalidad del contrato por obras o servicios. En teoría, mientras dure la obra el contrato debería seguir vigente. La suspensión temporal del contrato por la simple causa de ahorrarse las cotizaciones sociales supone una clara vulneración de los principios legales. No sería difícil reducir esta práctica abusiva, dado que es muy fácil para la Administración saber qué empresas la practican. Una adecuada campaña de la inspección de trabajo podría descubrir en qué casos esas bajas son legales y en cuáles, abusivas.

Un dato reseñable es el fortísimo crecimiento en las afiliaciones de los trabajadores extranjeros: frente a un aumento medio del sistema del 2,4%, las afiliaciones de inmigrantes crecieron en un 15,8%, hasta alcanzar un total de 923.218, lo que supone un 5,6% del total de los afiliados. Nadie debe dudar a estas alturas del importante papel que juegan en nuestro sistema de bienestar.

¿Y 2004? ¿Cómo será para el empleo? En principio la mayoría de los analistas predicen un razonable año para el empleo y la Seguridad Social, toda vez que parece otearse una recuperación económica internacional. Personalmente también lo creo, aunque probablemente los ritmos de crecimiento sigan disminuyendo. En todo caso, la década que se cierra ha sido realmente brillante en lo que al empleo se refiere. Que dure muchos años más.

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