_
_
_
_
El pulso exterior

La ampliación de la UE para España

La ampliación de Europa hacia una unión de 25 miembros representa un avance sin precedentes en la historia del continente al integrar bajo un mercado único a 700 millones de personas.

La transformación que viven las economías de los nuevos miembros convierte las inversiones que se realicen en una opción de alta rentabilidad para los próximos años y en un catalizador de la propia transformación llevada a cabo por nuestra economía. España, que ha avanzado significativamente en la internacionalización de sus empresas, ha relegado, sin embargo, la inversión en los países del Este por otras en economías tradicionalmente más ligadas a nuestro mercado.

Desde las cámaras de comercio compartimos la conveniencia política y económica de la ampliación. La política regional es uno de los pilares más importantes para construir una Europa equilibrada y próspera, por lo que la solidaridad deberá extenderse igualmente a los nuevos Estados miembros. Por otra parte, no debe extrañar que la ampliación suscite el temor legítimo de algunas naciones, entre ellos España, a perder recursos que tan necesarios son para modernizar economías y garantizar la convergencia real. Por ello, la solidaridad no debe impedir que el resto de países con una renta per cápita actual inferior a la media comunitaria, España incluida, siga beneficiándose de los fondos europeos con objeto de no detener el proceso de acercamiento real.

En 2004 las cámaras destinarán a los países de la ampliación el 18% de sus ayudas a la exportación

En este sentido, hay quien ve en la ampliación un peligro para algunas industrias españolas, como por ejemplo, la automoción, principal capítulo exportador de nuestro país. Las multinacionales tienen toda la libertad para decidir dónde instalar sus fábricas. Pero en España existe un importante número de pequeñas y medianas empresas dedicadas a la fabricación de componentes de automóviles que deben tener la capacidad de trasladar su centro de producción a otros países en el momento en que la gran multinacional se desplace. Así, no sólo mantendrán su negocio, sino que realizarán una importante inversión en el exterior que les hará más competitivas.

Para los bienes de consumo españoles supone, además, una gran oportunidad de ampliar mercados. A partir de que se produzca la adhesión, los ciudadanos de los países del Este tendrán una mayor capacidad adquisitiva que les permitirá consumir más.

Al margen de lo económico, a España se le plantea una exigencia que no puede eludir: mantener su influencia en la toma de decisiones europeas, de modo que su peso político en el conjunto de la Unión no se vea trastocado por la entrada de nuevos miembros.

Prueba del convencimiento de las cámaras respecto a la conveniencia de la ampliación es el hecho de que, durante 2004, un 18% de los recursos que dedicamos a fomentar las exportaciones se dirige a estos países. Además tenemos el firme propósito de crear comités de cooperación empresarial con todos los países candidatos con el fin de establecer una mayor colaboración entre empresas de ambas zonas. La ampliación es una gran ocasión para el conjunto de la actual UE pero mucho más para España.

Más información

Archivado En

_
_