Vigilancia sobre Repsol
El Gobierno ha dejado a Repsol intencionadamente al margen de la liberalización en la toma de participaciones financieras superiores al 10% que ha aplicado al resto de las empresas privatizadas. El Ejecutivo quiere tener una vigilancia especial sobre la petrolera, puesto que un análisis de su accionariado, de la situación bursátil y de su sector le ha recomendado mantener cautelas superiores a las que afectan al resto de las empresas. No es la primera vez que Repsol se erige como excepción a la norma, pues anteriores reformas de la ley de opas y de transparencia parecían tener su nombre y apellidos.
Con estas normas a medida, el Gobierno contradice el espíritu liberalizador del que hace gala. La reforma, sin embargo, está pensada para que pase el filtro de Bruselas, que se opuso al anterior sistema de acción de oro. España es la única que ha acometido la reforma exigida y lo ha hecho siguiendo el patrón de Bélgica, que logró el visto bueno comunitario. Es probable por ello que España pase ahora el examen, aunque le reforma no sea de auténtico calado. Eso sí, el inexorable fin de la acción de oro está cada día más cerca por el vencimiento de los plazos.