Un 2003 sin brillo para los fondos
Las apariencias a veces engañan, incluso en cuestiones tan medibles como los mercados financieros. Los fondos de inversión han presentado en el año 2003 un balance que podría considerarse positivo, ya que por primera vez desde 1999 las rentabilidades han sido positivas después de un trienio negro en las Bolsas. Los fondos de renta variable han sido los principales beneficiarios, como no podía ser menos, de las ganancias de los mercados en los que operan, lo que no había sucedido en los tres años precedentes.
Para redondear las excelencias del ejercicio, los inversores han apostado como nunca en favor de los fondos de inversión, ya que han aportado unos 20.700 millones de euros de recursos netos al aumento del patrimonio global de los fondos, según datos provisionales de cierre del año de Edifinsa. El patrimonio total aumentó en 27.600 millones de euros, un 16%, debido a que a las aportaciones netas de los partícipes hay que sumar las ganancias obtenidas por la gestión de las carteras de inversión, unos 6.900 millones de euros más.
Pero estos brillantes datos no pueden ocultar algunas reservas al balance del año. La primera, el hecho de que la casi totalidad del dinero que ha entrado en los fondos de inversión ha ido a parar a los fondos más conservadores, es decir, a los garantizados, a los Fiamm y a los fondos de renta fija a corto plazo, aquellos en los que las posibilidades de pérdida son mínimas o nulas. Estos tres grupos suman 143.000 millones de euros de patrimonio. Sólo los garantizados de renta variable captaron en el año 12.900 millones de euros de entradas netas.
Los fondos que han ganado más del 30% en el año sólo representan el 2,1% del patrimonio total. Los que suben menos que el IPC son el 70%
En contraste, el dinero nuevo que ha ido a los fondos de renta variable ha tenido una importancia casi testimonial. Los inversores, en suma, siguen sin ver clara la oportunidad de apostar con firmeza por la Bolsa.
Una segunda valoración que contribuye a rebajar el optimismo es el hecho de que los verdaderos beneficiarios de la subida bursátil son pocos. De los 2.300 fondos domiciliados en España, solamente 81 han logrado ganancias superiores al 30%. El patrimonio conjunto de estos 81 fondos apenas representa el 2,1% del total.
Un tercer elemento para rebajar el triunfalismo son las escasas ganancias que han conseguido los fondos de inversión masivos, es decir, aquellos que cuentan con miles de partícipes, generalmente fondos monetarios (Fiamm) o garantizados. Los fondos de inversión que han cosechado rentabilidades inferiores al 2,8% (la tasa de inflación interanual en noviembre) representan el 69,5% del patrimonio total de los fondos españoles. El año 2003 no ha sido el año de la renta fija, ya que los mercados han empezado a apostar de forma gradual por los activos bursátiles. Los inversores españoles que tienen su dinero en fondos de inversión no han participado en este desplazamiento hacia la renta variable. De ahí la escasa rentabilidad media de la mayor parte de los partícipes, que deberán enfrentarse a esa posible decisión este año.
Por decirlo con pocas palabras, los auténticos ganadores del año 2003 son una exigua minoría, frente a la enorme mayoría que ha tenido que conformarse con rentabilidades que no han servido ni siquiera para compensar la inflación. Es decir, inversores que han cerrado el año 2003 con pérdidas en términos reales.
La fórmula del éxito estaba el pasado año indudablemente en la renta variable o, al menos, en la sabia diversificación entre fondos de renta fija y variable. Con su apuesta por los fondos garantizados -que invierten sobre todo en renta fija-, los inversores españoles han aplazado la búsqueda de las oportunidades con tal de evitar el riesgo.
La renta fija entra en cuarentena
Las estimaciones sobre lo que los inversores pueden esperar de los mercados en 2004 se resumen en pocas palabras: apuesta por la renta variable y precaución con la renta fija. En especial, con la renta fija representada por aquellos fondos de inversión que toman posiciones medias o largas en los mercados, ya que son los primeros en reflejar las expectativas futuras de tipos de interés y, si éstos suben, los fondos pueden incurrir en pérdidas, como sucedió por última vez en el año 1999 y también en la segunda mitad del recién finalizado año 2003.De hecho, la rentabilidad media de los fondos de renta fija a medio y largo plazo ha caído este año casi a la mitad de lo que fue en los tres ejercicios precedentes, con un nivel medio del orden del 2,7% frente a ganancias por encima del 4% en años anteriores.Los fondos monetarios (Fiamm) y de renta fija a corto plazo, en los que encuentra ahora refugio casi la mitad del patrimonio total de los fondos de inversión españoles, tendrán serias dificultades para superar el 2% de rentabilidad al final del año 2004. Se pueden contar con los dedos de la mano los fondos de estas dos categorías (casi 400 en total) que han cerrado el año 2003 con rendimientos superiores al 2%.Los que lo han conseguido lo han logrado debido a sus bajísimas comisiones de gestión, lo que normalmente queda reservado a los fondos que se orientan a captar tesorerías empresariales y que manejan elevados volúmenes, pero casi nunca tienen partícipes pequeños o particulares.