Un 70% de los fondos ganó menos que el IPC en 2003
Desde que el euro existe, enero de 1999, los fondos de inversión no habían estado nunca tan en primera fila del interés cotidiano de los inversores. Y lo han logrado por méritos propios y ajenos. El año 2003 ha sido un año de fuerte crecimiento del patrimonio, unos 27.600 millones de euros, un 16%. De este aumento, unos 20.700 millones de euros han sido aportaciones netas realizadas por los partícipes, y los restantes 6.900 millones reflejan el mayor valor de las carteras de los fondos. El total gestionado se sitúa en 198.500 millones de euros.
Es el de 2003 el primer año en el que los fondos de inversión ganan dinero después de tres ejercicios en los que las pérdidas se impusieron debido a la intensidad del deterioro bursátil. Durante el año recién finalizado, los fondos que han obtenido beneficio han sido la inmensa mayoría, pero más de 1.000 no han logrado superar la tasa de inflación, por lo que han registrado pérdidas en términos reales. Sólo 73 fondos han registrado pérdidas en términos nominales; la mayor, del 17,75%. Casi todos las pérdidas han sido ocasionadas por la depreciación del dólar frente al euro a lo largo del año. Los fondos en pérdidas representan solamente el 1,75% del patrimonio global de los fondos. Pero si a éstos les sumamos los que, a pesar de obtener beneficio, no han llegado a alcanzar rentabilidades del 2,8%, el balance resulta bastante desilusionante. En efecto, los fondos con ganancias inferiores al 2,8% o con pérdida representan el 69,5% del patrimonio gestionado por los fondos de inversión en conjunto. El balance, por lo tanto, no es para tirar cohetes.
Entre tanto, los gestores de fondos confían en que 2004 será un año de recuperación económica, en el que los fondos de renta variable tendrán el protagonismo en lo que se refiere a rentabilidades. En un debate organizado por Cinco Días, los directores de inversión de seis gestoras lanzaron una consigna para el año entrante: es hora de asumir riesgos. Entre las grandes apuestas para 2004, los expertos apuestan por la renta variable, principalmente por la europea, y se mantienen poco optimistas con la renta fija tradicional.