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Cinco Sentidos

La relaciones con EE UU o la sombra del vasallaje

El ex presidente Felipe González recordó en la reciente presentación de este libro que fue el teniente general Manuel Gutiérrez Mellado, ya fallecido, el primero en denunciar con tristeza que los norteamericanos estaban acostumbrados a tratar a los españoles como cipayos. El diccionario de la Real Academia de la Lengua ofrece para esta palabra una doble acepción: soldado indio de los siglos XVIII y XIX al servicio de Francia, Portugal y Gran Bretaña o, para quien lo prefiera, 'secuaz a sueldo'.

En las Garras del Águila, (Editorial Crítica), del historiador y catedrático de Economía Ángel Viñas, se escudriña el trasfondo de las relaciones entre España y EE UU en el periodo 1945-1995 tras bucear en documentos históricos poco o nada conocidos que demuestran hasta qué punto el régimen de Franco mantuvo una dependencia total en política exterior sin obtener nada a cambio, ni siquiera la ansiada respetabilidad internacional.

Los recursos económicos recibidos en esta etapa por España fueron dedicados básicamente a financiar la compra de armamento obsoleto que ni siquiera el régimen pudo emplear en aquellos conflictos en los que los intereses norteamericanos estuvieron en juego. Tanto fue así que cuando el PSOE se hizo cargo del Gobierno en el año 1982, Felipe González planteó a Estados Unidos una colaboración bilateral sobre bases más equilibradas, ante la necesidad de superar una dependencia heredada del franquismo y mantenida en parte por la UCD que, para el autor, supuso la colocación de España entera al servicio de los norteamericanos, al socaire de la letra pequeña y oculta de los llamados Pactos de Madrid.

González cuenta que cuando expuso a la Administración estadounidense la conveniencia de revisar la utilización de las bases militares, ésta puso sobre la mesa todo su potencial dialéctico y llegó a amenazar con salir de España y retirar la ayuda económica. Sin inmutarse, el ex presidente respondió a modo de órdago no exento de ironía que estaba dispuesto a conceder a Estados Unidos la misma vía crediticia si ello revertía en interés de la industria de armamento española. Con el tiempo, los norteamericanos llegaron a respetar la posición española, tanto que alcanzaron un nivel de confianza que hizo posible, entre otras cosas, la celebración en Madrid de la conferencia de paz para Oriente Próximo.

Si después de 1995 hemos regresado o no a esa relación de vasallaje en la que EE UU trataba a los españoles como cipayos queda, después de la lectura del libro, sometido a la opinión del lector.

GIGANTE

l A un precio de 100.000 euros, la marca ha limitado su velocidad máxima a 160 kilómetros por hora, adecuada para un vehículo que pesa 2.880 kilos y mide 4,82 metros de largo, por 2,06 de ancho y 1,98 de alto. Pero una aceleración de 0 a 100 km/h de 10,2 segundos deja clara la movilidad que, dentro y fuera del asfalto, permite el propulsor a este gigante. Ojo, porque sus dimensiones no le hacen apto para uso urbano.

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