Las cementeras ven 'imposible' cumplir con los requisitos

Las empresas cementeras tendrían que reducir en un 30% su producción para cumplir con los compromisos adquiridos a través del Tratado de Kioto, lo que conllevaría volver a ritmos de 1996 o 1997, según apuntó ayer Manuel Melgar, presidente de Oficemen, la patronal del sector.

De hecho, la patronal calcula que los recortes que exigiría el cumplimiento del protocolo implicarían, siempre que no se recurriera a aumentar las importaciones, la construcción de unas 150.000 viviendas menos al año y la reducción en un 30% de las obras de ingeniería civil.

El director general de la patronal de la industria cementera (Oficemen), Rafael Fernández, aseguró que a este sector y a España le va a resultar 'imposible' cumplir su compromiso de sólo aumentar un 15% sus emisiones de efecto invernadero para el periodo 2008-2012 respecto los niveles de 1990.

El director general de Oficemen explicó que casi el 70% de las emisiones de la industria se derivan del propio proceso químico para la producción del clinker, la materia prima del cemento. De manera que, a pesar de que invierten al año 100 millones de euros para mejorar la eficiencia energética de las plantas, ello redundará sólo en un 1% de reducción de las emisiones del sector. Así, por cada tonelada de clinker, se emite a la atmósfera casi el equivalente en dióxido de carbono, 0,72 toneladas de C02. Pero, prueba del esfuerzo de eficiencia realizado por esta industria, en 1990 se emitía 0,87 toneladas de C02 por cada tonelada de clinker.

Para la patronal, el Gobierno se ha comprometido a cumplir unos objetivos de reducción de emisiones 'a la ligera, sin tener en cuenta el proceso de convergencia en renta y en infraestructuras con la Unión Europea'.

Atentos a

El Plan Nacional de Asignación de derechos de emisión de CO2, que debe establecer antes de abril las reglas de juego del mercado europeo de compraventa de la contaminación, podría reconocer a las cementeras el empleo de los residuos como combustible.