El visionario francés que catapultó el negocio de la distribución
Paul-Louis Halley no era sólo el principal accionista de Carrefour, el presidente de Eurocommerce (organismo que agrupa a los distribuidores europeos), miembro del comité consultivo del Banco de Francia, y el administrador de BNP Paribas y del grupo bancario franco-belga Dexia. Halley fue, sobre todo, el visionario que supo adivinar el poder de la gran distribución y que logró convertir una empresa familiar en el primer grupo de distribución europeo y el segundo del mundo.
El empresario francés, que murió el pasado fin de semana en un accidente de avioneta junto a su esposa y el piloto cuando viajaba de Bruselas a Oxford, ha sido calificado por el primer ministro francés como 'una personalidad brillante y atractiva del mundo de los negocios'. Y es que Halley, séptima fortuna de Francia, cuenta con todo un palmarés de logros empresariales.
En 1961 creó el grupo Promodès junto a su hermano Robert y su padre, Paul-Auguste. Presidió la compañía durante 25 años, en los que se implantó en Francia, Italia, Grecia, España, Polonia, Bélgica y Turquía. En 1996 comprendió que el siguiente paso debería venir por una gran fusión y lanzó una opa sin éxito contra su rival Casino. No se desanimó y tres años más tarde se puso de acuerdo con el presidente de Carrefour, Daniel Bernard, para fusionar sus empresas. Halley se convirtió en el primer accionista, con el 11% del capital y el 17% de los derechos de voto, además de administrador y presidente del comité estratégico.
El cofundador del grupo Promodès lideró la fusión con Carrefour que dio lugar a la segunda mayor cadena comercial del mundo, superada sólo por la estadounidense Wal Mart
También era consejero de la escuela de negocios Insead de Fontainebleau y de la Asociación Nacional de Empresas Privadas; poseía la Legión de Honor y la Orden del Mérito Agrícola.