El ahorro impuesto
La tasa de ahorro de la economía española no es la mejor de Europa, sobre todo desde que la presión del precio de la vivienda ha colocado el endeudamiento familiar en cotas desconocidas en varios lustros. Si bien es cierto que la inversión en vivienda puede considerarse como un producto de ahorro a largo plazo que reduce la necesidad de consumo y libera renta cuando llega la edad de retiro, también lo es que las próximas décadas tienen el gasto de los hogares atenazado por la hipoteca de la vivienda.
Los expertos estiman que uno de los reclamos más abusivos del capital hacia la vivienda es su bonificación fiscal. Por ello piden que se elimine y se ponga el acento del estímulo fiscal en otros instrumentos de ahorro-previsión, que liberarán mayor cantidad de capital para el proceso productivo. Pero, además, consideran que el trato fiscal de los instrumentos de previsión debe ser unitario, no discriminatorio y no voluble, para que los ahorradores sepan a qué atenerse a largo plazo, y para que no exista guerra de guerrillas entre captadores de capital. En definitiva, neutralidad, estabilidad normativa y sencillez instrumental. Parece razonable.