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CincoSentidos

El dinero de plástico se personaliza

Para gustos, los colores, y cuando se trata de tarjetas, la variedad alcanza todo tipo de imágenes, formas y tonalidades. Y es que, si para la mayoría la principal preocupación cuando se trata de medios de pago es el saldo de la cuenta a la que están asociados, otros al mismo tiempo prefieren imprimir su sello personal en el plástico que habitualmente utilizan.

De débito, de crédito, clásica, oro o revolving, la gama de prestaciones es amplia en función de las necesidades de cada cliente. Pero, además de elegir entre toda esta diversidad, el usuario ahora imprime su toque personal.

La Caixa es la entidad financiera que dispone de la oferta más amplia. Esta caja ha emitido recientemente la tarjeta Mini, cuya característica principal es que su tamaño es un 40% inferior al de las tarjetas habituales y cuenta con un agujero que facilita su incorporación en llaveros. La entidad dispone, además, de tarjetas de colores (fucsia, verde, de flores o de lunares), transparentes, estampadas (hasta 17 diferentes), de horóscopos -tanto tradicionales como chinos- y con fotos de ciudades o paisajes, entre otras.

La tarjeta de Alexander McQueen para Amex incluye láminas de oro

No son las únicas. El cliente tiene la posibilidad de poder incorporar su propia fotografía, la de su hijo o la de su grupo de amigos.

Cuadros como la Monalisa, obras de Modigliani, Gustave Klint o Gauguin y tarjetas con formas (de animales, de media naranja, de un peine o de una tableta de chocolate) conforman la oferta de tarjetas personalizadas.

Otras entidades, sin llegar a tanta variedad, también disponen de tarjetas singulares. Caja Madrid, por ejemplo, ha lanzado recientemente una transparente, dirigida especialmente al segmento joven. Este soporte ofrece un crédito de hasta 6.000 euros y devuelve el 1% de las recargas de los teléfonos móviles, compras de complementos de juguetes, deportivos y establecimientos de ocio, entre otros.

BBVA también dispone de una tarjeta Mini. Y es que el cliente tiene la posibilidad de pedir un formato más pequeño de la nueva Tarjeta Diez, una tarjeta de crédito a 10 días que liquida en la cuenta el primer día hábil de cierre de cada decena.

La Tarjeta Light, del Santander, también rompe el diseño tradicional. La esquina inferior derecha de esta tarjeta, dirigida a financiar las compras, está redondeada. Bancaja, por su parte, ofrece la posibilidad de elegir entre 11 posibles diseños la tarjeta Custom dirigida a los jóvenes.

American Express también dispone de tarjetas atípicas, como las que incorporan imágenes de tenis, vela, golf, caza, filatelia o las diseñadas por el estilista Alexander McQueen cuando trabajaba para Gucci, hace dos años. Este plástico, de edición limitada (sólo se fabricaron 500 en Europa), incluye piezas de oro y lleva la firma del artista.

El precio de poner un sello propio

La singularidad es, en la mayoría de los casos, la principal característica de estas tarjetas. Aunque muchas tienen la misma utilidad que las comunes de débito o crédito (financiar compras y extraer efectivo de los cajeros) no siempre sucede así.Las tarjetas de La Caixa con formas de animales, chocolate o naranja suelen tener como fin el regalo y sólo sirven como tarjetas prepago. Y lo mismo sucede con la Mini, tanto la de La Caixa como la de BBVA, que sólo se utiliza para compras, ya que su tamaño imposibilita el uso en cajeros. No sucede así con las que incorporan fotos de personas, cuadros o ciudades, que tienen los mismos usos que las habituales. El coste de personalizarlas es de tres euros, salvo en las de formas, que es de seis euros.El resto de tarjetas, como la Light del Santander, las Custom de Bancaja, la Tarjeta Transparente de Caja Madrid o las de American Express, tienen las habituales prestaciones. La cuota suele ser la común de crédito o débito o en su caso.La Tarjeta Diez de BBVA, sin embargo, en su formato mini es gratuita, frente a los nueve euros que cuesta a partir del segundo año la normal.

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