REE y la industria pactan minimizar los daños por los cortes de energía
Los descuentos en la tarifa son una contrapartida que reciben los grandes consumidores de energía a cambio de que el operador del sistema les corte el suministro en caso de necesidad de la demanda y figuran en las llamadas cláusulas de interrumpibilidad en los contratos. Unas 200 empresas mantienen contratos de este tipo que les permite, en el mejor de los casos, una rebaja del 50% de la factura eléctrica.
Tras el apagón que sufrió Cataluña en diciembre de 2001 la cláusula de interrumpibilidad se aplicó de manera masiva y puso en evidencia que el sistema, que tiene ya 20 años, resultaba perjudicial para las compañías. El propio Gobierno así lo entendió y en el decreto de tarifas del 27 de diciembre de 2002 incluyó la posibilidad de introducir modificaciones al sistema y ofrecía dos fórmulas: los grandes consumidores aceptan un periodo menor de preaviso para el corte de suministro y REE les ajusta la interrumpibilidad para hacer el menor daño posible a la producción.
Tras la aprobación del decreto, las grandes del sector siderúrgico, cementero, química básica y el metal comenzaron a estudiar con REE cómo aplicar el nuevo sistema de interrumpibilidad. Aunque se prevé que esté listo para finales de mes, al tiempo que se publique una resolución con las nuevas especificaciones, su complejidad técnica no permitirá que se ponga en marcha hasta mediados del próximo año.
El operador tendrá información en tiempo real sobre las necesidades de las empresas
Más flexibilidad
Fuentes del sector aseguran que el sistema actual es muy rígido y establece tres tipos de corte: de 45 minutos, tres horas, seis horas y 12 horas. Para cada caso existe un periodo de preaviso bastante largo por parte de REE. Se trata de un 'sistema a ciegas' que es perjudicial para las compañías que se pueden encontrar sin suministro en plena producción.
Además, la comunicación con el operador es muy deficiente y se ha llegado a dar el caso de compañías que no han recibido el preaviso por problemas técnicos. Con el nuevo sistema, las empresas aceptan que se reduzca el tiempo de preaviso y que REE corte el suministro el tiempo que necesite, sin la rigidez actual. A cambio, el operador recibe mayor información de la empresa interrumpible, como la demanda de potencia en tiempo real, para adaptar el corte a las necesidades de cada empresa. Se trata, según fuentes del sector, de 'que las interrupciones afecten menos a las empresas y que REE obtenga mejores resultados'.
A finales de 2001, la interrumpibilidad 'fue muy dura', según fuentes empresariales, en 2002 prácticamente no hubo y en 2003, además de algunos problemas locales, se aplicó en seis ocasiones en los meses de verano. Gracias a las nuevas centrales y a las lluvias, las empresas esperan un invierno tranquilo, en tanto se aplica la nueva fórmula.
VENTAJAS: Las rebajas en la tarifa eléctrica pueden llegar hasta el 50% de la factura
La nueva fórmula para interrumpir el suministro a los grandes consumidores no va a afectar a los descuentos que, a cambio, han venido recibiendo. Sobre una tarifa industrial de 55 euros por megavatio hora, la interrumpibilidad supone una rebaja de entre 10 y 12 euros MW/h. Pero hay otros factores, como la modulación horaria o la producción nocturna, que puede suponer un descuento añadido de otros 12 euros. Así, las empresas más interrumpibles pueden pagar 25 euros MW/h, un 50% menos.Se trata de un sistema voluntario que las empresas negocian con el operador del sistema y que equivale a una póliza de seguro que ofrece la empresa a REE. 'Al igual que las aseguradoras, cuando el riesgo es más alto, las primas también lo son', aseguran en AEGE, aludiendo al incremento del riesgo de apagones. Pero, como aseguradoras, 'cumplimos nuestros compromisos', añade.
DEMADA: Los grandes grupos industriales suponen el 15% del consumo
Un total de 200 empresas tienen suscritos contratos con cláusulas de interrumpibilidad, con vigencia de cinco años. El mayor peso es el de las empresas de AEGE, asociación integrada por Aceralia; las cementeras; las empresas de química básica (Solvay o Ercros); las papeleras y las metalúrgicas del cobre, el zinc (Asturiana) o el aluminio (Alcoa). Entre todas ellas, suman 36 grupos industriales con más de 70 plantas, cuyo consumo de energía eléctrica representa un 15% del total (3.500 megavatios) y la potencia demandada el 12%. Los cortes de electricidad a los que se someten afecta a su producción, pero las pérdidas son difíciles de cuantificar, porque 'depende de la organización de cada empresa y de su capacidad de recuperarla después', según fuentes de AEGE. Con el nuevo sistema el objetivo es mantener una relación más estrecha con el operador.