La reforma del sistema sanitario para mayores disparará el déficit de EE UU
EE UU sigue construyendo un agujero de desproporcionadas dimensiones en sus cuentas públicas que este año fiscal puede ser de casi medio billón de dólares. Con la aprobación de la reforma del programa de atención médica a la tercera edad, Medicare -el tercer mayor gasto del Estado tras las pensiones y la defensa-, que incluye por primera vez un programa de subvención parcial de compras de medicinas, las cifras se van a disparar que es lo que la reforma del sistema creado en 1965 quería evitar para no llegar a la insolvencia.
La Oficina del Presupuesto del Congreso (CBO), un organismo ajeno a los partidos, ha calculado que los 400.000 millones que el presidente George Bush ha reservado para hacerse cargo de este programa la próxima década se triplicarán la siguiente con el retiro masivo de los nacidos tras la II Guerra Mundial, y el más alto coste de las medicinas, ya que el Estado ha renunciado con esta reforma a negociar en el futuro precios sociales. En 20 años sumarán, al menos, dos billones de dólares. Y todo ello a pesar de que como han denunciado los demócratas, a partir de 2010 comienza un proyecto piloto de competencia del Medicare con las aseguradoras que califican de privatización del sistema.
Pese a la gran factura que los futuros contribuyentes, pagarán por un sistema médico que cubre parcialmente el coste de las medicinas, hasta 2006, no se conocerán cuáles son los costes reales a los que harán frente los beneficiarios. Ese año funcionará al 100% el nuevo Medicare, pero para entonces ya se estará en la mitad de la siguiente legislatura y de momento la lectura política de corto plazo beneficia a Bush.
Se calcula que los 400.000 millones provisionados sólo cubren un cuarto del gasto real de los pacientes, ya que buena parte de esta factura se dedicará a beneficios fiscales para hospitales, médicos, aseguradoras y empresas para que no dejen de ofrecer sus programas médicos porque haya Medicare.
Comercio: Objetivo, la factura farmacéutica compartida
EE UU quiere que todo el mundo pague las altas facturas que este país paga por los fármacos, ya que a la postre dicen ser ellos los que financian el I+D de la industria. Según The New York Times, ahora la industria quiere que se amplíe esta carga y, según el ministro australiano de comercio, Mark Valle, los estadounidenses están hablando de que su país debe reducir la presión en los precios de los fármacos cuando están negociando un acuerdo comercial. De momento, los australianos dicen que se mantendrán firmes contra lo que les prevenga de ofrecer 'medicinas no caras a sus ciudadanos'.