El instituto estadístico chino admite que sus datos de crecimiento son erróneos
El Instituto Nacional de Estadística (INE) de China ha confesado hoy que los datos sobre el crecimiento económico que publica Pekín todos los meses "son erróneos" y que los métodos de investigación "no reflejan la situación real del país".
"Las autoridades chinas deberán llevar a cabo una revisión general en los métodos que aplica a la hora de calcular el crecimiento, muy distintos a los criterios usados por la comunidad internacional, pues hemos descubierto que son inexactos", declaró Li Deshui, director del INE.
La reforma propuesta por Li incluiría datos sobre el crecimiento de la construcción, de los servicios, del consumo y del sector de la propiedad, pues, hasta la fecha, para calcular el aumento del PIB en ese país sólo se estudia la evolución de la industria.
"Carecemos de un método sistemático para ajustar el PIB una vez ha sido anunciado, por lo que no podemos cambiarlo, aunque sepamos que es incorrecto", dijo Li, tras anunciar que China adoptaría un sistema de corrección de la nueva tasa del PIB cada cuatrimestre.
Las nuevas medidas para calcular el crecimiento económico chino entrarán en vigor el 1 de enero de 2004, en un intento del Gobierno de Pekín por adoptar los estándares internacionales e informar sobre la economía china de un modo más transparente y exacto.
Los economistas estadounidenses, incluyendo el profesor de la Universidad de Harvard Thomas Rawski, señalaron hace tiempo que el proceso de recogida de datos estadísticos en China necesita una actualización urgente, pues ahora "no muestran la realidad económica del país". Sin embargo, Li advirtió de que "la cifra real no difiere mucho de la anunciada por el Gobierno, por lo que podría cambiar tan sólo en unas décimas".
Las estadísticas oficiales muestran que la economía china crece a un ritmo anual del 9% desde que adoptó la política de reforma y apertura en 1978, una de las razones por las cuales los extranjeros invierten sumas millonarias en China.
Durante la crisis del SARS, cuando que se detuvo la vida social, económica y cultural del país, el PIB subió un 8,5% y el paró descendió un 0,1%, según el Gobierno de Pekín, cifras que los economistas extranjeros califican de "falsas e irreales".