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Decoración

La introducción del euro no ha igualado los precios del grupo sueco entre países

Productos idénticos vendidos en países distintos tienen diferencias de precios de hasta un 40%. Incluso en países vecinos que comparten moneda se dan profundas diferencias. La introducción del euro no ha servido, por tanto, para igualar los precios de una multinacional como Ikea, un fenómeno que se ha convertido en objeto de estudio de prestigiosos economistas desde hace varios años.

La diferencia media en una cesta de seis artículos del grupo sueco entre España y Estados Unidos, en términos de euros, se sitúa en el 21%. Una desviación que, en principio, no sorprende al tratarse de países lejanos, con estructuras económicas diferentes, niveles de renta distintos e impuestos, costes laborales y de distribución muy desiguales. Sorprende más que esas disparidades se observen entre países que comparten frontera y moneda, como Austria y Alemania o Bélgica y Holanda.

Así, mientras en un establecimiento germano el espejo cuadrado Alg cuesta 25 euros, en una tienda austriaca costaría un 20% más. La compra en una tienda holandesa sería un 38% más económica que en Bélgica.

Una primera conclusión es que la introducción del euro no ha servido para equiparar precios. Los costes, por un lado, y la competencia, por otro, explican estas desviaciones. 'Una de las esperanzas del mercado único era que beneficiaría a los consumidores mediante el reforzamiento de la ley de un solo precio, según la cual bienes idénticos se venderían a precios iguales en todas partes. La comparación de artículos de Ikea muestra que aún hay mucho camino por recorrer', decían Jonathan Haskel y Holger Wolf, del instituto CEPR londinense recién introducida la moneda única. Tres años más tarde nos encontramos con el mismo escenario. Después de la publicación del índice Big Mac, elaborado por la revista The Economist, que compara precios de la hamburguesa de McDonalds entre países, el índice Ikea, calculado por Haskel y Wolf, llega a la misma conclusión. Al fin y al cabo, dicen los expertos, es una cuestión de oferta y demanda, y los precios serán más elevados, donde los consumidores estén dispuestos a pagar más.

Ikea, en España El país que más creció en el último ejercicio

Ikea Ibérica facturó en el ejercicio 2003, finalizado el pasado mes de agosto, 387 millones de euros, un 14,8% más que el año anterior.El crecimiento porcentual en España fue el mayor del grupo en todo el mundo.La compañía sueca contaba al final del ejercicio con 2.000 trabajadores en España y sus tiendas recibieron más de 10 millones de visitantes. El grupo, fundado en 1926 por Ingvar Kamprad, tiene 86 tiendas en 31 países, que facturaron conjuntamente 11.300 millones de euros en el ejercicio.El 82% de las ventas fueron en Europa; el 15%, en EE UU, y el 3%, en Asia. Alemania es el país de mayor facturación.

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