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De Mini a Ferrari, pero sólo para forofos

Es harto conocido que una afición que se precie es, ante todo, fiel a su equipo. Y que las pasiones pueden llevar a límites insospechados. Desde la aparición del primer club de aficionados al automóvil, el Veteran Car Club de Inglaterra, en 1909, mucho ha llovido pero poco ha variado la esencia de la pasión por los coches.

Internet ha supuesto una revolución también aquí y el número de clubs de automóviles, oficiales o no, que han surgido en los últimos años aprovechando la cercanía que da la red es innumerable. Desde los apasionados de los coches antiguos, como la versión española del primer club inglés, hasta el Club Land Rover Todoterreno; pasando por el Club Seat 600; el Wagen Club, dedicado a los Escarabajos; el Club del Dos Caballos; los Amigos del Porsche; los modernos Tuning Clubs, y otros muchos. Las opciones son múltiples y sólo es imprescindible adorar las cuatro ruedas.

Existen, fundamentalmente, dos tipos de clubs. Los amparados por una marca concreta de automóviles, que se dirigen a los clientes de una determinada compañía o marca y en los que es necesario poseer el vehículo correspondiente, como es el caso del club Toyota, Ferrari o Mitsubishi. Efrén Ynzenga, presidente del club oficial Land Rover, dice que su propósito es 'patrocinar y fomentar la marca'. La financiación se obtiene normalmente de las cuotas de los socios.

Existen, también, los clubs creados al amparo de los propios aficionados, que son los más numerosos y los que han encontrado en Internet un muy útil punto de encuentro. En este último caso y según Esteban Aguirre, que lleva 13 años coordinando las actividades de Sahara Aventura, un club para aficionados a los 4 x 4, la 'gran mayoría no cobra una cuota fija, sino que los pagos dependen de la actividad concreta que se vaya a realizar'. En este grupo se engloban, además, los que hacen referencia a una marca concreta o aquellos, conocidos como independientes, en los que los conductores son multimarca.

Su función es la de organizar actividades para los socios. Los viajes y las concentraciones son lo que más respuesta tienen, pero las asociaciones son un vehículo más para poner en contacto a aficionados, mecánicos y todo aquel que se considere verdadero fan. 'Organizamos salidas a diferentes pistas, y un aspecto muy importante es la gastronomía del lugar que se visite'.

Xavi Lorente, socio del club oficial Volkswagen Camper, las conocidas furgonetas de los hippies y uno de los organizadores de la primera reunión internacional que se prepara para la próxima primavera en Cataluña, asegura que la peculiaridad de su asociación es que ellos comparten, además de la afición a la conducción, la convivencia. 'Son vehículos-vivienda'.

José Luis García Alonso, unos de los miembros más antiguo del Veteran Car Club de España, organizador de la última concentración en Alcalá de Henares y creado en 1962, asegura que en España existen cerca de 50 clubs automovilísticos 'legales'. Aguirre comenta que hace años surgió una corriente que pretendía unir esfuerzos en una asociación común, pero no dio resultado. 'Quizás ahora sería un buen momento para retomar el tema'.

La mayoría de estos clubs tienen entre 100 y 200 socios, pero la asistencia depende del evento en cuestión. García Alonso comenta que 'lo importante es tener ganas de pasárselo bien, disfrutar en la carretera, tengas el coche que tengas, y hacer amigos'.

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